LA GLORIA: 3º DIMENSIÓN DE
LO SOBRENATURAL 2
Extracto del libro
“Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”
Por Guillermo
Maldonado
Devocionaldiario.org
Después de la caída de Adán, Dios maldijo la tierra y
el hombre se desconectó de la gloria. Por eso, ahora el proceso de provisión ya
no es cosecha-semilla, como fue en el principio, niño que es:
semilla-tiempo-cosecha.
Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera
y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche
(Génesis 8:22)
Hoy transitamos a través de procesos y todo toma un
tiempo. Nos la pasamos esperando para recoger una cosecha o para alcanzar una
meta; esto, debido a la maldición que nos sujetó al tiempo. Por ese motivo Dios
nos dio la fe, para romper la ley del tiempo. Cuando Su presencia está, todo lo
natural se acelera y aparece lo sobrenatural.
He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara
alcanzará al segador; y el pisador de las uvas al que lleve la simiente (Amos
9:13)
La palabra clave en este versículo es alcanzará. Dios
nos está prometiendo que en el momento que usted siembre una semilla, Él
desatará la casa, el trabajo o cualquier otra cosa que usted pida, creyendo que
va a recibir. He visto a Dios pagar deudas en un instante. Ésa es la razón por
la cual usted debe permanecer lleno de fe. Su semilla activará la promesa para
que Dios obre aceleradamente. Ahora que hemos entendido la caída del hombre,
pasemos a estudiar la revelación de la gloria.
¿Qué es la gloria de Dios?
En hebreo hay una palabra que define la gloria, y es
kabód, que proviene de la raíz kabéd que literalmente significa peso o riqueza.
Esta palabra se usaba en la antigüedad para describir a un hombre riquísimo,
famoso, de gran reputación, y también para referirse a Dios. Otros significados
son honor, fuerza, poder, entorno, majestad, hermosura, reconocimiento,
santidad, grandeza y magnificencia. En el original griego del Nuevo Testamento
la palabra que se utiliza es doxa cuyo significado apunta a la fama,
reputación, abundancia, riqueza, dignidad, resplandor y honra. En suma, el
significado fundamental de la gloria, tanto en hebreo como en griego, incluye
o implica todo lo que Dios es, con todos sus atributos, virtudes, carácter,
naturaleza y perfección. La gloria de Dios es la esencia intrínseca de lo que
Él es y Su misma presencia. Existe asimismo la gloria de los hombres y la
gloria del mundo, las cuales son descritas en la Biblia como vanas y pasajeras;
que consisten en ganar prestigio, fama, posición, comodidad, reputación y
reconocimiento.
Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida no provienen del Padre sino del mundo (1 Juan 2:16)
De igual forma, la Palabra habla de la gloria de los
cuerpo« terrenales y la gloria de los cuerpos celestiales. Nos enseña que la
gloria que un cuerpo refleja por fuera, muestra lo que es por dentro. Lo que se
ve es el valor intrínseco del cuerpo, es decir, su esencia o valor interno.
Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero
una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales (1 Corintios
15:40)
La gloria de Dios es la manifestación visible y
tangible del total de Su presencia impactando los sentidos físicos. Es Dios
mismo haciéndose tangible. En el Antiguo Testamento se manifestó en forma de
nube, llamada shekiná que significa “aquel que habita”. Esto se refiere a Dios
viviendo en Su pueblo; describe la inminente presencia de Dios que trasciende.
Esto significa que Dios se manifiesta en el ámbito físico, pasa del mundo
espiritual al mundo natural. Shekiná viene de la raíz shakán que implica
residir permanentemente, tenderse para descansar. El deseo y la voluntad de
Dios siempre han sido habitar, reposar, vivir entre y con Su pueblo. Por dicho
motivo Dios se muestra de forma visible y tangible. La gloria de Dios es la
presencia manifestada del Dios Yahweh.
Dios se le apareció a Abraham.
El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham,
estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán (Hechos 7:2)
La aparición física o la visitación de la gloria de
Dios fue lo que transformó a Abraham para siempre. Cambió sus motivos, sus
prioridades, sus intenciones y su vida entera. Esto causó que fuera en pos de
la tierra Prometida. Asimismo, hoy en día, todo aquel que experimenta una
visitación de la gloria de Dios debe ser transformado para siempre. Estos son
los hombres que reciben una revelación de Dios y traen la gloria a esta
dimensión natural.
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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