AQUEL DÍA VIENE
Por
Daniel Cattaneo. Por Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org
Ayer
hablábamos de que la noche no durará para siempre. Pero, ¿qué habrá después?
En
aquel día esa carga se te quitará de los hombros, y a causa de la gordura se
romperá el yugo que llevas en el cuello. (Isaías 10:27).
¿Cómo
será el día en que se acabe la noche? Será un día de descarga y de liberación.
Se te quitará de los hombros las cargas.
Tenía
once años cuando entré a trabajar en la panadería. Un sábado a la mañana me
dijeron: Vamos a entrar la harina. Yo fui y me encontré con que me pusieron
sobre los hombros una bolsa de 50 kilos y sentí que se me reventaban las
piernas. Me fui caminando tambaleante, los demás se me reían… no me habían
enseñado a poner el cuerpo, a acomodar la bolsa, ni a descargarla, solamente
querían reírse de mí. Aunque mi cuerpo no daba más, mi orgullo me hacía
continuar… continué hacía el depósito y allí el patrón puso sus dos brazos y me
quitó la carga… no puedo explicar el alivio, la sensación de ligereza y la
experiencia de la sangre corriendo por mi cuerpo. La adrenalina me recorrió el
cuerpo fue una experiencia sumamente placentera.
Eso
es lo que pasará aquel día cuando lo que te quería sepultar sea quitado de
sobre ti, cuando esa opresión desaparezca, cuando el sitio sea levantado. El
yugo se romperá. La ruptura no será por un agente externo, sino por una acción
interna. Usualmente este pasaje lo traducimos “El yugo se pudrirá por la
unción”, como si Dios derramara un aceite corrosivo que destruirá el yugo. Esta
traducción destaca algo diferente y es que la prosperidad hará que nos
“engrosemos” y hará que el yugo se reviente. Algo así como lo que “Hulk” le
hace a su ropa y a sus zapatos… “los revienta”. Se reventarán esas cadenas,
será desmenuzado lo que te quería impedir crecer y lo verás hacerse hilachas
ante tu expansión.
La
consecuencia de estas dos acciones será una sorprendente libertad. El día de la
visitación traerá una sorprendente libertad.
Hoy
es un día para saborear lo que viene. La piedra de la tumba será removida, el
yugo de opresión se reventará… viene un tiempo maravilloso para nuestras vidas.
No me acostumbraré a la prisión, ni me encariñaré con las cadenas… son solo
transitorias… viene el día de mi victoria. El Padre maravilloso nos quitará la
bolsa de exceso que el abusador tiró sobre mí y lo que nos oprime será
reventado por la bendición que nos ha de henchir. Viene es día para nosotros.
Enemiga
mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas,
pero el Señor es mi luz. He pecado contra el Señor, así que soportaré su furia
hasta que él juzgue mi causa y me haga justicia. Entonces me sacará a la luz y
gozaré de su salvación (Miq.7:8-9).
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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