NOCHES EFÍMERAS
Por
Daniel Cattaneo. Por Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org
En
esta madrugada tan densa pienso en las vidas que hoy están pasándola
complicada. ¿Qué efecto tiene la oscuridad en nosotros? ¿Por qué la asociamos
con dificultades? La noche “alarga el tiempo” y se vuelve eterna, trae consigo
todos los temores propios de la incertidumbre de ser privados de la visión. En
esa condición de ceguera, el oído se agudiza y amplifica cualquier ruido y la
mente lo emparenta con nuestros más profundos temores. El crujido de las ramas,
los sonidos inesperados…
se disfrazan de maldad y alimentan la angustia. La
noche es hora de incertidumbres… en este contexto leo Isaías 9:1. Sin embargo,
este tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre.
Quizás
sea un detalle pero me alienta saber que hay un
límite para la oscuridad y la desesperación.
En
la Antártida como en el Ártico hay noches que duran seis meses… pero llega el
día 181 y uno sabe que le queda poco a esa oscuridad que parecía eterna. La
noche más larga tiene fecha de vencimiento. En algún momento viene el día. Ayer
en mi red (grupo pequeño de discipulado) Roberto (uno de mis hermanos con quien
comparto este espacio de ministración) me decía: “En algún momento mi kronos se
encontrará con el kairos de Dios y recibiré lo que ya me ha sido dado”. “No
habrá siempre oscuridad” dice la versión RVR 60.
Isaías
está viendo la venida del Mesías a la tierra que ahora está siendo angustiada.
Pasarán siglos pero un día se mudará a sus riberas el Hijo de Dios y “el pueblo
sumido en oscuridad verá una gran luz” (vs.2). Serán siglos de transformación,
siglos de sumisión, pasaran imperios, pero la oscuridad no durará para siempre.
Qué
bueno es saber que lo que declara el Salmo 30:5. El llanto puede durar toda la
noche, Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
El
reloj de la oscuridad está en cuenta regresiva. Hay un momento en que el dolor
se va, que la prueba termina, que la tentación amaina, que el llanto se seca y
que el sol sale. En la noche todos ellos parecen ser interminables… pero no
habrá para siempre oscuridad…
Hoy
le doy una orden a mi alma de que se aliente en esta verdad… viene la respuesta
a mi oración, viene la promesa demorada, viene el sueño no concretado, viene lo
esperado durante tanto tiempo.
«Centinela,
¿cuánto queda de la noche? Centinela, ¿cuánto falta para que amanezca?»
(Is.21:11).
¿Cuánto
durará la noche? No lo sé… las hay más largas y más cortas… pero todas tarde o
temprano terminan y viene el día. Viene el día para mi familia, para mis hijos,
para mi ministerio, para mi economía, para mi salud, para mi iglesia, para mi
nación… Viene el día, “no habrá para siempre oscuridad”.
El
que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Shadday, diciendo
a Yahveh: « ¡Mi refugio y fortaleza, mi Dios, en quien confío!» (Sal.91:1-2).
Hoy
es un día de recordar que todo está bajo el control divino… que cuando El creó
el mundo: A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche,
y llegó la mañana: ése fue el primer día (Gn.1:5).
En
el proyecto humano el día termina con la noche, pero en el proyecto divino
siempre el día termina con luz. Mi vida va a terminar con luz, mi esperanza no
va a ser defraudada y mi fe será honrada. Hoy determino obedecer al Salmo 91:
“No temerás al terror nocturno”… ¿Por qué? Porque no habrá para siempre
oscuridad. Ya despunta mi día y me daré cuenta que no fue en vano la fe, la
santidad, la fidelidad, la negación, la siembra… me daré cuenta que hoy está
palabra vino para alentarme a seguir porque lo mejor de mi vida está por
delante.
Mira,
las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los
pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará
su gloria! (Is.60:2).
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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