EN BUSCA DE MÍ MISMA
Por
Alejandra Stamateas, Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola
Por
Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org
Ser
o no Ser, ésa es la Cuestión.
Todos
nacemos con la sensación de pertenencia. La psicología descubrió que el
contacto físico desde los primeros instantes de la vida es sumamente importante
para un niño. Por eso, en el momento del nacimiento, se recomienda que sus
padres sean los primeros en acariciarlo. Con el transcurso del tiempo y a
medida que el ser humano se va desarrollando, experimenta distintas sensaciones
de abandono o soledad que tienen que ver con las diferentes etapas de la vida.
Veamos algunas de ellas.
A).
El niño y la soledad. El niño siente el abandono de sus padres cuando ellos
deben, por ejemplo, salir a trabajar u ocuparse de otras actividades. En esos
momentos se siente dejado de lado y no tenido en cuenta. Y es en medio de esta
soledad cuando los miedos o las dudas comienzan a surgir dentro de él; por
ejemplo, si son queridos, si fueron hijos esperados o deseados, si son
adoptados… todas ellas emociones que de no ser resueltas a tiempo afectarán
directamente su personalidad y la forma en que se relacionarán en el futuro.
B).
Adolescentes y jóvenes solos. Los adolescentes también, en muchos momentos, se
sienten solos. Pareciera ser que esta emoción no distingue edad ni raza. A esta
edad, los jóvenes se sienten discriminados por factores tales como el cuerpo,
la condición social, el color de piel y la profesión de sus padres. Sienten que
no encajan en ningún lado y que nadie los comprende, y ese estado los lleva a
aislarse y a no permitir acercarse a quienes desean verdaderamente ayudarlos. Y
así su soledad se acrecienta.
C).
Y tú, ¿cuándo vas a formar pareja? La sociedad nos presiona a formar pareja y,
si esto no ocurre a determinada edad, comienzan los comentarios:
«
¿Cómo? ¿Todavía no te casaste?»
«
¿Qué esperas para buscarte un novio?»
«Esta
mujer debe de tener un carácter tremendo y por eso nadie la quiere».
«Por
algo será que está sola».
«Es
un amargada, ¿quién va querer estar con ella?»
«Se
quedó para vestir santos».
Y
aunque seas una mujer madura en tus emociones, muchas veces las presiones van
generando, a nivel inconsciente, una sensación de frustración, de desconsuelo y
de inquietud que te hará ver el paso del tiempo como algo inexorable y adverso.
Pero ¿te preguntaste cuál es el beneficio de ceder ante tantas presiones?
El
miedo básico de las mujeres a sentirnos abandonadas hace que nos aferremos a
las personas, a su afecto, y que nos convirtamos en seres codependientes del
otro. No queremos ser desaprobadas y que nos digan «te equivocaste», y por eso
nos obligamos a ser perfectas, a hacer todo bien y a callarnos aquello que
tendríamos que hablar.
Todos
los días te levantas y haces lo urgente, pero no haces lo importante. Llevas a
cuestas tu soledad en todas las tareas que haces durante el día, te amargas, te
deprimes y haces de todo para evitar sentirte sola. Te programas ciento y una
actividades, pero te olvidas de lo más importante: tú.
¿Cuáles
son tus sueños?
¿Cuáles
son tus metas?
¿Cuál
es el beneficio que obtienes por soportar la presión?
Seguramente
el beneficio que obtienes por estar atenta y soportar tantas presiones es el de
sentirte, de alguna manera, una mujer valorada. Pero finalmente sólo logras
sentirte ajena a tu propia vida y, si ya te casaste, convertirte en una esclava
doméstica.
Hay
mujeres que han crecido sin valoración alguna, sin que alguien les haya dicho
lo importante que eran, lo buenas que eran en algo. Y cuando no eres valorada,
lo que te está faltando en la vida es bendición. Tal vez esperabas palabras de
aliento de tus padres y sólo encontraste grandes silencios. Valorización
significa honor. Y una mujer que crece sin afecto y en soledad será una mujer
buscadora.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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