EL QUE PIDE, RECIBE
Extracto
del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola. Por Alejandra Stamateas.
Por
Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org
Mujer,
si quieres recibir, ¡tienes que hablar, tienes que pedir!
Hay
mujeres que quieren decir algo, que tienen un deseo en el corazón, que anhelan
algo y que no lo pueden decir directamente. Usan frases indirectas como las
siguientes: « ¿Sabes? A mi compañera de oficina el marido le preparó una fiesta
espectacular para su cumpleaños». « ¡Qué calor, cuánto hace que no tomo un
helado!»
En
vez de decir: « ¿Me ayudas a preparar mi fiesta de cumpleaños? Quiero hacer una
supe fiesta». «Tengo ganas de tomar un helado, ¿quieres venir conmigo a tomar
uno?» Hay mujeres que creen que tienen que tener una actitud pasiva frente a la
vida, y adoptan como lema: Ya llegará, ya me tocará a mí. Y la consigna de los
que la rodean es: Espera sentada, mi amor.
Esperas
que algún día llegue, que algún día adviertan que estás ahí, que tienes vida,
sueños, ilusiones, metas. Se te sigue pasando el tiempo y sigues con la misma
fantasía dentro de tu cabeza, y no puedes decir qué es lo quieres; estás
esperando que alguna vez llegue el día en que «él se dé cuenta», el día en que
«él venga y me lo diga», porque «tiene que salir de él».
¿Por
qué tiene que salir de él? Si tienes ganas de algo, pídelo. Nunca vamos a
recibir nada si no nos atrevemos a pedir, porque sólo el que pide recibe.
El
invierno ha pasado, la lluvia se ha ido, amiga mía, ¡es tiempo de levantarte!
La
gente creerá que si no pides es porque estás satisfecha, será porque en tu
mundo está todo bien y porque no tienes ninguna necesidad. Tu marido creerá
que, como no le pides, estás súper con él, que está todo bien, que el
matrimonio funciona bárbaro. Y así es como la rutina continúa día a día.
Él
dice: « ¡Ella está bárbara!», « ¡a ella le encanta estar todo el día en casa
con los chicos!», « ¡qué más puede pedir!». Como nunca le pides nada, tu marido
piensa que te sientes como una reina. Si no lo dices, nunca sabrá qué más
necesitas. ¡Sal de la pasividad! ¡Comienza a pedir! Reclama lo que te
pertenece. Los sueños los cumplen los valientes, los que se animan, los que
desafían a los gigantes y a los imposibles, los que saben pedir.
No
vivas más pensando: «ya vendrá», «ya vendrán tiempos mejores», «ya se darán
cuenta», «ya me ocurrirá», «ya me tocará a mí». No esperes que el príncipe azul
te rescate y te dé lo que te mereces; prodúcelo tú misma. Eres tu propia
rescatadora. Inicia ese sueño que vienes postergando, sólo depende de que te
pongas en marcha y decidas no postergar más tu felicidad.
No
esperes que lo que tanto sueñas te llegue del cielo. No es tiempo de hadas; es
tiempo de acción. Camina hacia tus sueños. Muévete, camina, acciona.
Tal
vez hoy sientas que no tienes derecho a hablar, ni a decir, ni a expresarte
así. Quizás en tu casa te sientas como una ciudadana de segunda categoría. A
pesar de la opinión de los demás, lucha y desafía este sistema de reglas
obsoletas. Pelea, saca a la luz todo tu potencial y desafíate a ti misma.
Fíjate hasta dónde eres capaz de llegar, y hazlo con sabiduría.
No
desafíes a los demás, desafíate a ti misma; cuando tus hijos y tu marido vean
que te estás desafiando, comenzarán a respetarte.
¿No
terminaste la secundaria?
¿Cuántas
materias te quedan para terminar la universidad?
¿Hiciste
ese viaje que tanto habías planeado?
¿Te
compraste ese abrigo tan admirado, compra que año a año vienes postergando?
¿Por
qué seguir postergando lo que te corresponde?
Éste
es el tiempo de un nuevo comienzo. No calles, no te detengas. Cuando comiences
a desafiarte a ti misma la sangre comenzará a correr por tu cuerpo, y el
potencial que hasta hoy estaba escondido será manifestado al mundo.
Desafíate,
y no habrá muros ni límites que te frenen. Y recuerda: El que pide, recibe; las
puertas se abren ante aquellos que las golpean.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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