LA MUJER BUSCADORA
Extracto
del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola. Por Alejandra Stamateas
Por
Edgardo Tosoni
devocionaldiaro.org
¿Qué
es una Buscadora?
Es
una mujer que vive buscando afecto en cada rincón del planeta; una mujer que no
puede tener una relación de pareja o de amistad que permanezca en el tiempo,
porque permanentemente dudará del amor que recibe. Pero en un determinado
momento esa búsqueda la frustra, siente que no le importa a nadie y se deprime
y se retrae del mundo. Se mantiene a distancia de todos, tratando de protegerse
para que nadie la lastime, pagando así un alto precio: la soledad. El precio es
la soledad.
Muchas
mujeres, con tal de no sentirse solas ni por un instante, se dejan seducir
fácilmente. Buscan que alguien las acaricie, que un hombre las haga felices,
que un hombre les dé lo que necesitan, sin advertir que lo que necesitan para
ser felices está dentro de ellas mismas. Es esta carencia de caricias la que
nos lleva a hacer malas elecciones. Nos apresuramos, y pensamos que el otro nos
va a dar todo aquello que necesitamos. Tal vez hoy te enamores del profesor de
gimnasia, mañana de tu compañero de oficina, luego de tu mejor amigo. Vives
enamorándote, buscando que alguien te acaricie y sacie esa soledad inmanejable
que sientes.
Puedes
pasarte toda la vida estableciendo relaciones para no sentirte sola, pero hasta
que no sanes tu necesidad de caricias, aun estando casada, puedes seguir
sintiéndote sola. Nada de lo que recibas del otro será suficiente, nada te va a
alcanzar. El problema no es el otro; eres tú la que debe sanar su estima y
tener un proyecto de vida propio que te llene de pasión, de energía y de
esperanza. Mientras busques en los otros lo que sólo puedes encontrar dentro de
ti, irás a lugares que no te convienen y elegirás mal.
Las
mujeres solemos pasar por tres etapas:
1.
La primera etapa: «Me quiero casar, y no sé con quién». En esta etapa las
mujeres se angustian profundamente si no están en pareja.
2.
La segunda etapa: «Estoy casada y me quiero divorciar». En esta etapa decimos:
«No es lo que yo pensaba».
3.
La tercera etapa: «Ahora estoy buscando otro hombre y no lo encuentro».
¿Sabes
cuál es realmente el problema? Hasta que no puedas sanar esa necesidad de
caricias que tienes, no podrás encontrar a alguien a quien amar y quien
verdaderamente pueda amarte, porque solamente estarás buscando caricias.
Muchas
mujeres dicen: « ¿Qué no daría yo por tener un hombre al lado, por sentirme
acompañada?». Y en esa necesidad de amor desesperada elegimos mal. Las mujeres
solemos levantar imágenes, ídolos, pensando que los otros van a satisfacer
todas nuestras necesidades. No comprendemos que ese ídolo exterior que
levantamos puede terminar destruyéndonos.
Decimos:
«Yo
voy a una institución y esa institución me va a librar de todas mis angustias».
«Yo
voy a conseguir a este hombre y con este hombre me voy a parar para toda la
vida».
¿Cuál
es el precio que estás pagando por no estar sola o por no tomarte el tiempo
necesario para encontrar a ese hombre que va a compartir contigo tu proyecto de
vida?
Necesitamos
ver el precio de esa elección porque, aunque logremos casarnos —si esto no es
lo que verdaderamente queríamos—, al tiempo nos volveremos a sentir solas. La
continua inseguridad interior nos ha llevado a buscar en el exterior, en «el
otro», esa confianza y esa seguridad que deberíamos buscar y encontrar dentro
de nosotras mismas.
Si
pretendes que ese hombre te dé todo lo que necesitas para ser feliz, vas a
depender tanto de ese hombre que el día que él no esté más se habrá terminado
tu vida. Pero éste no es tu destino. Querida mujer: Tú naciste para dar a luz
sueños grandes, proyectos exitosos; naciste para crear, para dar vida. Nadie
puede borronear tu imagen; no dejes que nadie te limite y te diga que ya es
tarde para soñar.
Hoy
las organizaciones de Derechos Humanos están hablando de la imagen borrada del
ser humano. El término imagen borrada se refiere al hecho de que hoy el hombre
no tiene dignidad ni autoestima; su imagen está borroneada. Por lo tanto, busca
su seguridad afuera, sin saber que toda imagen que se levanta en el otro para
sentirse seguro, tendrá el poder de destruirlo: ésta es la autoridad y el
permiso que uno mismo les concede.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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