TIENE QUE COSTARME
Fuente: Edgardo
Tosoni
Devocional
Diario.org
Pasaje clave: 1º Crónicas 21
1. NO ESCUCHES AL ADVERSARIO
¿Quién tienta a David y a qué lo tienta? (vs.1)
Satanás significa “adversario”, “oponente”. Él es tu
peor enemigo. Satanás te odia. Él se opone a todo lo bueno y sano de Dios para
tu vida. Él hará todo lo diabólicamente posible para apartarte del propósito de
Dios. Te lanzará todos sus misiles de mentiras, manipulaciones y miedos para
que dejes de creerle al Señor, y dudes de su amor, de su perdón y de su
Palabra. Satanás te desprecia total y absolutamente porque llevas la imagen y
la semejanza de Dios en tu vida, y si además tienes a Cristo en tu corazón (y
por lo tanto la presencia del Espíritu Santo) entonces, su odio es absoluto, y
hará todo lo que pueda para verte caído, derrotado, aplastado, humillado y
frustrado. Y bien, bien lejos del Señor y de la gente de fe, porque cuanto más
te alejes de Dios más cerca estarás de él. Y como lo hizo con David, lo hará
contigo: te provocará para que hagas la tuya, para que hagas cosas y tomes
decisiones que Dios desaprueba.
¿Y qué hizo David? (vs.2)
¡Hizo lo que quiso! Hizo lo que Satanás puso en su
corazón y en su mente. No consultó con el Señor. Y ni siquiera lo tuvo en
cuenta. Piensa en las decisiones que has tomado o en las cosas que vienes
haciendo. ¿Dios las aprueba? ¿Hablaste con él? ¿Buscaste su dirección? ¿O te
dejaste llevar por tus propios impulsos haciendo lo que querías?
¿Quién trata de “frenarlo” a David y con qué
resultados? (vs.3-4)
No está claro por qué hacer el censo era pecado y por
qué Dios lo desaprobaba, pero podemos suponer dos posibilidades. Una, porque
eso indicaba que David confiaba más en la fuerza militar que poseía que en el
poder de Dios. La otra, porque la manera de realizar el censo era contraria a
las instrucciones dadas por Dios (Ex.30:11-16). Si es la primer opción, el
pecado estaría en la motivación de David. Si es la segunda opción, el pecado
estaría en la manera de llevarlo a cabo. Pero sea cual sea la razón, la idea no
venía de Dios sino de Satanás.
¿Qué resultados arrojó el censo? (vs.5-6)
Pero a quién le importa el resultado si a Dios le
desagrada (vs.7)
2. 3 AÑOS, 3 MESES, 3 DÍAS
¿Cómo reacciona David? (vs.8)
¿Y qué hace Dios? (vs.9-12)
Elige uno de estos males:
3 años de hambre. Miles morirán.
3 meses de batallas perdidas y derrotas. Miles morirán.
3 días de pestes. Miles morirán.
¿Tú, qué escogerías si tuvieras que pagar por tu
pecado?
¿Qué escoge David y por qué? (vs.13)
¿Cuántos mueren por su pecado? (vs.14)
¿Pero qué sucede en medio de semejante destrucción?
(vs.15)
Me encanta. Dios movido por misericordia se arrepiente.
Dice ¡basta!
¿Qué ve David y qué decisión toma? (vs.16-17)
¿Hace cuánto que no ves al Señor en la Palabra, en la
oración y en la adoración? ¿Hace cuánto que tienes tus ojos tan cerrados que
sientes que no tienes que arrepentirte de nada? Abre tus ojos y vuelve a mirar
lo que Dios quiere que mires.
¿Qué indicaciones recibe David de Dios y qué hace?
(vs.18-19)
¿Qué le pide David a Ornán y qué le ofrece Ornán?
(vs.22-23)
David le pide “algo”, Ornán está dispuesto a darlo
“todo”.
¿Cuál es la decisión de David? (vs.24-25)
David le compra la propiedad entera y no sólo la
porción de tierra para el altar. David le compra “todo”. Está dispuesto a pagar
el precio necesario para recuperar la presencia y la bendición de Dios sobre su
vida y sobre toda la nación. El altar era el símbolo de la presencia de Dios, y
sobre él ofrecería holocaustos y ofrendas de paz. Allí invoca el nombre del
Señor y él le responde (vs.26-28).
¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar para que
la presencia de Dios se manifieste poderosamente en tu vida?
¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar para que
Dios desate su gloria y su bendición en todo lo que emprendas?
Si la quieres te tiene que costar, tienes que pagar el
precio. Y el precio es tiempo de búsqueda de Dios orando, adorando y creyendo
su Palabra. El precio es arrepentimiento profundo. El precio es renuncia de
todo lo que Él no aprueba. El precio es entrega total a Dios. ¿Estás dispuesto
a pagarlo?
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”