DIOS
OBRA MILAGROSAMENTE A TRAVÉS DE TUS ESFUERZOS
Fuente: Dr. Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Por lo cual te recuerdo que
avives el fuego del don de Dios que hay en ti. 2
Timoteo 1:6
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¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé
fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará
contigo dondequiera que vayas. Josué
1:9
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Hay ocasiones en la
jornada de fe en que Dios decide actuar en una forma abrumadora y
cristalinamente clara en respuesta a nuestras oraciones. En esos casos, lo
único que uno tiene que hacer es adorar al Señor, reclamar la palabra de Dios,
declarar con su boca que Él es fiel, y esperar confiadamente hasta ver la
salvación de Jehová.
Pero en otras
ocasiones— en realidad, en la mayoría de los casos— Dios va a requerir que te
ciñas los lomos, te remangues la camisa y te lances a trabajar duro. Y El
promete obrar milagrosamente a través de tus esfuerzos: Su gracia estará
contigo mientras te mueves de un lugar a otro. Su favor será sobre ti cuando
comparezcas ante la gente que tiene los recursos que tú necesitas.
Como consecuencia,
surgirán inesperadamente oportunidades que en otras ocasiones parecían
inaccesibles. La suave brisa del cielo irá detrás de tu barca, mientras tú
remas y la guías esforzadamente hacia el lugar que te has propuesto. Dios
premiará tus esfuerzos, y respaldará tu iniciativa con éxito.
A diferencia,
digamos, de una persona que necesita un trabajo y permanece en su cama con la
sábana hasta el cuello toda la mañana (“Oh, Señor, ¡Envíame un trabajo!
Necesito un milagro. Dios, ¡tú eres fiel!”). Y Dios dice: “Mira, ¡Levántate,
busca un periódico e indaga! Haz unas cuantas llamadas por teléfono; toca a
unas cuantas puertas; y yo voy a bendecirte por medio de ese esfuerzo; y
entonces vas a conseguir lo que necesitas”.
Hay casos en que Dios
dice, “Solamente créeme, y declara mi bendición, y muévete por fe”. En otros
casos, Dios va a demandar que te lances a trabajar arduamente, y que creas que
en esa inversión de energía que lleves a cabo, el poder de Dios va a estar
contigo.
Hay dos modalidades
en que se mueve el poder de Dios en el ámbito de la fe en este respecto. A
veces va a funcionar una, y a veces va a operar la otra.
La mayoría de las veces, Dios ha trabajado en mi vida a través de mis esfuerzos. Sin embargo, yo siempre termino dándole la gloria a Él porque sé que mis esfuerzos fueron simplemente el vehículo que Dios usó para hacer encarnar su poder a través de mí. Porque Él quiere formar en mí un varón esforzado y valiente, y desea entrenarme en la guerra por medio del ejercicio de mi fe.
La mayoría de las veces, Dios ha trabajado en mi vida a través de mis esfuerzos. Sin embargo, yo siempre termino dándole la gloria a Él porque sé que mis esfuerzos fueron simplemente el vehículo que Dios usó para hacer encarnar su poder a través de mí. Porque Él quiere formar en mí un varón esforzado y valiente, y desea entrenarme en la guerra por medio del ejercicio de mi fe.
Pablo le dice a
Timoteo: “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio” (II Tim 2:6,7). Dios imparte el don, pero espera que nosotros
lo desarrollemos y llevemos a su plena manifestación, usando ese espíritu
guerrero que Él ha infundido en nosotros.
Es más, yo declararía
que en la inmensa mayoría de los casos Dios quiere que operemos en esa
modalidad de esfuerzo e iniciativa, y Él promete: “Yo te voy a bendecir en lo
que tú emprendas. Si lo que necesitas es educarte, yo te voy a respaldar. Pero
vas a tener que pelar pestañas y vas a tener que estudiar duramente; y vas a
tener que hacer tu parte, porque yo no te voy a dar esa “A” así por así,
simplemente. Tienes que poner de tu parte, y yo te voy a bendecir y te voy a
dar esa profesión que tanto anhelas. Yo te daré el triunfo, pero antes tienes
que escarbar, buscar, tocar y pedir”.
Podríamos decir que la forma normativa en que Dios
obra en la vida de sus hijos es canalizando Su poder a través de sus esfuerzos,
mientras ellos aplican obedientemente las verdades y principios espirituales de
las Escrituras. Dios es glorificado al vernos poniendo por obra los principios
de Su Palabra y lanzándonos a trabajar por fe, en vez de hacerlo todo por
nosotros e impedirnos desarrollar los dones que su Espíritu nos ha impartido.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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