NO
HEMOS DE TEMER A LA VEJEZ
Fuente: Charles Spurgeon
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan
Roman.
Congregación León de Judá
No admitas acusación contra un
anciano, a menos de que haya dos o tres testigos. 1
Timoteo 5:19
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Aun hasta su vejez, Yo seré el
mismo, y hasta sus años avanzados, Yo los sostendré. Yo lo he hecho, y Yo los
cargaré; Yo los sostendré, y Yo los libraré. Isaías
46:4
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El año ya está muy
viejo, y he aquí una promesa para nuestros amigos ancianos; sí, y también para
todos nosotros, cuando la ancianidad se apodere de nosotros. Si vivimos lo
suficiente, todos tendremos cabellos grises; por tanto, muy bien podemos
disfrutar de esta promesa con la visión anticipada de la fe.
Cuando nos volvamos
viejos, nuestro Dios todavía será el YO SOY, y permanecerá por siempre siendo
el mismo. Los cabellos blancos hablan de nuestro deterioro, pero Él no
experimenta deterioro. Cuando no podamos llevar ningún peso, y a duras penas
podamos sostenernos, el Señor cargará con nosotros. De la misma manera que en
nuestros años mozos Él nos cargó como ovejas en Su pecho, lo mismo hará en
nuestros años de debilidad.
Él nos hizo, y Él nos
cuidará. Cuando nos convirtamos en una carga para nuestros amigos, y en un peso
para nosotros mismos, el Señor no nos arrojará con una sacudida, sino más bien
nos alzará y nos cargará y nos librará más plenamente que nunca. En muchos
casos el Señor otorga a Sus siervos un atardecer prolongado y tranquilo. Ellos
trabajaron arduamente durante todo el día y se desgastaron en el servicio de su
Señor, y por eso les dijo: "Ahora reposen en anticipación de aquel Día de
Reposo eterno que he preparado para ustedes." No hemos de temer a la
vejez. Hemos de envejecer graciosamente, puesto que el propio Señor está con
nosotros en la plenitud de la gracia.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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