martes, 13 de septiembre de 2016

CERRAMOS FILAS, PROTEJAMOS EL NIDO

CERRAMOS FILAS, PROTEJAMOS EL NIDO
Fuente: Congregación León de Judá

Miren, les he dado autoridad para pisotear sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. Lucas 10:19

Entonces David preguntó a los que estaban junto a él: "¿Qué harán por el hombre que mate a este Filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este Filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?" 1 Samuel 17:26

Hemos visto un aura tiñosa volando seguida por 4 pequeños pajarillos los cuales la iban picoteando. Era increíble ver a la enorme ave huyendo acobardada de unos pequeños valientes que, era evidente, estaban unánimes defendiendo algo preciado, algo como un nido.

Nuestro nido es la iglesia y la iglesia somos nosotros.

A veces, podemos ver a Satanás como algo tan grande que nos hace temblar y no nos atrevemos a defendernos de él, de forma pusilánime nos arrinconamos permitiendo que él gane terrenos en nuestra vida y nos zarandee a su antojo. “Más Jehová está conmigo como un poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión, que jamás será olvidada” Jeremías 20.11

Estamos advertidos en Mateo 12.43-45 “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación”

De hecho, tenemos ejemplos vivos de esta situación, conocí un hermano que tenía una vida activa en la iglesia, ganaba concursos de memorización de versículos bíblicos, era el jefe de una brigada de construcción, pero tenía un grave problema, amaba el dinero más que a la Salvación que Cristo le había regalado y sucumbió a la tentación provocando pérdidas a la iglesia y de esta forma comenzó su descenso que de manera brutal culminó en una prisión.

Pero esta prisión no era la peor de su vida, el pecado se convirtió en un gigante invencible que lo aplastó y la casa de su corazón, barrida y adornada fue allanada por espíritus inmundos. No tuvo la previsión, desde la primera caída, de buscar otros pequeñitos que se unieran en defensa de su vida espiritual y picotearan al maligno mediante la oración.

¡Qué difícil se nos hace reconocer nuestros demonios cuando nos invaden!

¿Es tan difícil saber cuándo infringimos, cuando desagradamos a Dios?

¿Es tan fácil dejar la puerta abierta de forma descuidada?

Cuando lo vemos en la vida de otro, nos horrorizamos y pensamos:

-¿Cómo pudo suceder?

Lo terrible es que a cualquiera nos puede pasar, somos equilibristas en una cuerda floja que solo es sostenida por la íntima relación que se establece a través de la oración y el ayuno, pues como dijo nuestro Señor, algunos géneros solo salen con oración y ayuno (Mateo 17.21)

No temamos hacer partícipes a nuestros hermanos de nuestros pecados, más bien temamos hacer partícipes de nuestra vida a los espíritus inmundos que pueden corromper el alma. El mejor ejército que un cristiano puede tener son sus hermanos, esos pequeños que nos rodean, mansos, defectuosos, pero que se vuelven fieras por arrebatar una vida a Satanás.

Entonces: No importa cuán grande sea el enemigo, cuando los hijos de Dios se unen en el nombre de Jesús (Mateo 18.19-20), no hay gigante que no sea vencido.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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