QUIERO SER IGUAL QUE….
Fuente:
Lou Torres
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Estamos
rodeados de muchas personas que, de una u otra forma, son influencia en
nuestras vidas. Al verlos, pensamos en el éxito que han alcanzado, y nos
preguntamos si algún día lograremos lo mismo. Es allí donde muchas veces,
nuestra admiración se convierte en un profundo deseo de querer ser como esas
personas.
Entonces, caemos en el vicio de copiar a alguien más, y en el proceso
perdemos nuestra identidad.
El ÉXITO NO ES INMEDIATO.
Los
seres humanos pasamos por etapas a lo largo de nuestra vida: niñez, adolescencia,
juventud, adultez y vejez. No hay ninguna persona que haya nacido teniendo la
madurez y experiencia que alguien de 80 años. Así como es obligatorio pasar por
estas fases en la vida, para alcanzar el éxito también se debe atravesar un
proceso. Es erróneo pensar que alguien llegó a ser exitoso instantáneamente,
así que tampoco debemos pretender obtenerlo de esta manera.
CADA
QUIEN TIENE SU PROPIA HISTORIA.
Las
personas exitosas han tenido experiencias que las han llevado a convertirse en
lo que son hoy en día. No obstante, esto no quiere decir que debas imitarlas.
Cada uno tiene sus propias vivencias; y estas vivencias conforman nuestra
historia. Si quieres ser exitoso, no imites las acciones de otro y aprende a
utilizar tu vida como un recurso para impactar a otros.
NO
PIERDAS TU IDENTIDAD.
Charles
Caleb Colton dijo: “La imitación es la forma más sincera de halago.” Sin
embargo, al querer emular a alguien, estás perdiendo tu identidad. Dios nos
hizo diferentes porque a Él le agradamos de esa manera. Si quieres ser una
persona de impacto, aprende a serlo tal y como eres. No necesitas copias las
acciones de alguien más para ser especial. Si estás vivo, es porque Dios te
creó. Y si Él te creó, es porque te ama tal y como eres.
HACEMOS
LO MISMO, PERO DIFERENTE.
Todos
tenemos distintos dones y talentos. Incluso si dos personas hacen el mismo
trabajo, siempre se obtendrá resultados distintos. Así que no esperes tener el
mismo resultado que la persona a quien admiras.
EL
ÚNICO DIGNO DE IMITAR.
Jesús
es el ejemplo por excelencia. Si hay alguien a quien debamos representar, es a
Él.
Las
demás personas cometen errores y podemos sentirnos decepcionados al ver que
ellos fallan. Por otra parte, el único que nunca nos decepcionará es Jesús.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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