VIVIR CON HUMILDAD
Fuente:
Claudia Carvajal
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Oyendo
un joven campesino inglés que el doctor Morrison, misionero en la China, pedía
un ayudante, vino a ofrecer sus servicios a un miembro del comité misionero,
quién quedó asombrado de ver a un joven falto de instrucción, y cubierto con
malos vestidos, aspirar a ser el auxiliar del traductor de la Biblia al idioma
Chino.
Por
otra parte había en este ofrecimiento tanta sencillez, buena fe y resolución,
que no se sintió libre para despedirle y acabó por decirle:
-Amigo,
ni yo ni mis compañeros podemos consentir en enviar a usted a china como
misionero, pues para esto se necesita instrucción y dotes especiales que usted
no tiene; pero si no le repugna ir allí como criado del señor Morrison gustoso
le proporcionamos los medios de acompañarle.
-Señor,
contestó humildemente el joven, lo que deseo es servir al Señor en China, sea
como misionero, sea como criado. Seré, lo que usted disponga que sea, para
servicio de mi adorable salvador.
Dios
bendijo su humildad, y ratificó su decisión de tal manera, que el joven
campesino, pobre e ignorante, llegó a ser más tarde el célebre Doctor Milne;
uno de los misioneros más distinguidos de la iglesia contemporánea.
Al
igual que la historia Dios anhela usar a personas humildes para su servicio,
busca gente que reconozca su dependencia por Él y que en su corazón haya esa
convicción de decir “sin Él nada soy”.
La
palabra humildad significa modestia, humillación de mente; es la virtud que
consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo
a tal conocimiento.
Filipenses
2:5-7 nos dice “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo
Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo.”
Nuestro
Salvador nos instruyó con su vida misma cuán importante es vivir con humildad.
Él mostró que no necesitaba exaltarse para ser conocido, tomó forma de siervo,
se despojó a sí mismo y no se aferró a su divinidad.
Recordemos
que la humildad tiene una gran recompensa, el Señor mismo nos dijo “Porque el
que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.”(Mateo 23:12 NVI)
Para
que realmente disfrutemos la vida cristiana es de vital importancia ser
humildes porque esta virtud nos ayuda a someternos a la dirección del Espíritu
Santo y nuestra voluntad doblegarla al Señor Jesucristo.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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