martes, 6 de septiembre de 2016

VIDA PLENA EN EL ESPÍRITU

VIDA PLENA EN EL ESPÍRITU
Fuente: Faustino de Jesús Zamora Vargas
Congregación León de Judá
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:2
El Espíritu de Dios me ha hecho, Y el aliento del Todopoderoso (Shaddai) me da vida. Job 33:4
La única ley 'decretada' en todo el evangelio resuelta por la autoridad del Señor es la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. Pero con frecuencia emerge el mismo problema: nuestra condición humana, la carnalidad que por momentos se disfraza de santidad y se permite tomarse ciertas libertades que ya no le competen. La carne es totalmente antagónica al Espíritu. “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha…” (Juan 6.63).
Nada más triste que ver a un cristiano que ignora el poder que Dios le ha concedido a través del Espíritu, hermanos con cierta vocación a mirar atrás y resucitar al hombre viejo de naturaleza corrupta que Cristo trasladó de las tinieblas a su luz admirable. De tal manera desconocen cómo disfrutar de una vida plena en Cristo, sencillamente porque no son conscientes que el Señor ha puesto su Espíritu en su interior para dar testimonio de una nueva vida.
Ninguna obra, por buena que sea, puede producir lo que Dios quiere de nosotros, sino su Espíritu, quien da frutos para vida eterna. Las normas religiosas nos agobian, pero el Espíritu nos alienta y nos hace ganadores en un mundo donde la mayoría anda perdida – en sus delitos y pecados -. Las dos leyes no pueden convivir, se repelen, se excluyen mutuamente. O la ley del pecado y la muerte, o la ley del Espíritu (de vida en Cristo). Es el Espíritu de vida en Cristo el que produce la plenitud de vida, el sentimiento de vida plena, la llenura espiritual de la que hablan las Escrituras, es la ley de mi nuevo yo que me da una libertad asombrosa para caminar en victoria aun en medio de dificultades.
Las tensiones que impiden el sentimiento de una vida en el Espíritu nunca van a cesar porque el enemigo intentará hacernos creer que todavía somos “trapos de inmundicia”, condenados a una esclavitud que no podemos superar. Pero la Palabra es clara y concisa: “Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Ro 8.15).
La vida plena se vive bajo la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. La clave radica en ser consciente de que el Señor nos ha dado la capacidad para andar según el Espíritu y desechar la carne de vestimenta pecaminosa. Cuando el cristiano centra su vida en andar en el Espíritu, los sentimientos de fe, esperanza y amor se hacen visibles y la carne (pariente consanguínea del diablo) da un pasito más hacia su total destrucción. No intentemos cristianizar la carne porque nos vamos a desgastar en el intento; más bien caminemos en el Espíritu para vivir a Cristo en toda su plenitud.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

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