¡DADLES VOSOTROS DE COMER!
Fuente:
Congregación León de Judá
"Denles
ustedes de comer," les dijo Jesús. Y ellos dijeron: "No tenemos más
que cinco panes y dos peces." Lucas 9:13
Todos
los sedientos, vengan a las aguas; Y los que no tengan dinero, vengan, compren
y coman. Vengan, compren vino y leche Sin dinero y sin costo alguno. Isaías
55:1
Más
de 5000 hombres sin contar a las mujeres y a los niños: Ya estaba oscureciendo
y los discípulos, probablemente motivados por su cansancio y su hambre
aconsejaron a Jesús a despachar a la multitud que le seguía. Para los
discípulos, la tarea de alimentar y cobijar a la muchedumbre recaía en los
hombros de otros: “deja que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se
alojen y encuentren alimentos” (Lucas 9:12).
“¡Dadles
vosotros de comer!”— exclamo Jesús. Me imagino las caras de los discípulos
llenas de asombro. Al final del relato, cinco panes y dos peces bastó para
alimentar a todos hasta la saciedad. Sin embargo, esta alimentación milagrosa
nos debe llevar a reflexionar acerca de la amplitud del llamado de Cristo a las
vidas de todos sus discípulos.
Irónicamente,
el Evangelio de Lucas coloca esta narrativa poco después de que los discípulos
fueran comisionados por Jesús para predicar las buenas nuevas y sanar los
enfermos, (Lucas 9:1¬6).
A juzgar por la urgencia en despachar a los
seguidores, los discípulos parecen haber pensado que el ministerio de Jesús
sólo consistía en mitigar el “hambre espiritual” de las multitudes. Sin
embargo, el compromiso de Jesús por su rebaño era mucho más abarcador. Dejar ir
a la gente sin comer, en medio de un lugar desolado y a punto de oscurecer,
hubiese sido un acto de abandono. Jesús así lo entendió y asumió la
responsabilidad de también proveer las necesidades corporales de sus ovejas.
Estos
detalles nos ayudan a entender que la comisión de Cristo a nuestras vidas va
más allá de llenar las necesidades espirituales de nuestro prójimo. Hoy,
“¡dadles vosotros de comer!” es el reto que Jesucristo lanza a su iglesia en el
siglo 21.
Ante
una crisis económica global donde millones de personas viven en pobreza extrema
nosotros los cristianos no podemos relegar la tarea de ayudar a mitigar las
necesidades básicas del prójimo a “otras” instituciones. Junto con la labor de
predicar el evangelio, también hemos sido llamados a afectar positivamente las
áreas formativas del ser humano como la alimentación adecuada, la vivienda
apropiada, la salud equitativa y la educación de excelencia. En nosotros habita
el poder del Santo Espíritu que nos capacita para atender todo tipo de
necesidades en nuestras comunidades ya sean espirituales y/o materiales.
Quizás
usted piensa que lo que tiene a la mano es el equivalente a cinco panes y dos
peces. Sin embargo, lo que aparenta ser diminuto en tus manos es más que
suficiente para que Cristo desate su poder en tu comunidad.
“¡Dadles
vosotros de comer!” es un llamado a unir nuestras habilidades y recursos para
bendecir al necesitado en todos los aspectos de su vida.
Hoy
son muchos los cristianos y las congregaciones que se han dado a la tarea de
acompañar sus prédicas y exhortaciones a los abatidos con un buen plato de comida
caliente, o con ropa limpia o alojamiento. Pero todavía nos falta muchísimas
áreas que impactar en nuestras comunidades.
Dios
está buscando gente comprometida a la proclamación de un evangelio integral. A
nosotros nos toca ofrecer lo que tenemos y Cristo se encarga de multiplicarlo
hasta la saciedad. Por lo tanto, ¡démosle nosotros de comer!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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