¿CÓMO PERDONARSE A SÍ MISMO?
Fuente:
Lou Torres
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Sabemos
que Dios nos ama, perdona y olvida nuestro pasado (Isaías 43:25). Sin embargo,
después de haber confesado nuestros pecados ante Él, hay momentos en los que
parece que lo más difícil es perdonarnos a nosotros mismos y dejar ir ese
sentimiento de culpa que nos agobia.
Dios
borra nuestras faltas pero nosotros nos empeñamos en recordarlas. Entonces,
¿cómo podemos perdonarnos y disfrutar de la libertad que tenemos en Jesús?
1.
Comprender la magnitud del perdón de Dios:
Con
nuestra capacidad humana, en ocasiones puede ser arduo entender que el amor de
Dios no es como el nuestro. Cuando Él dice que perdona y olvida, es porque
realmente lo ha hecho. Su misericordia se renueva cada día y su gracia nos
permite estar con vida cada día. El perdón de Dios se extiende hacia todos
nosotros, así que lo único que debemos hacer es pedirlo (1 Juan 1:9).
2.
Aceptar que no podemos cambiar el pasado:
Vivimos
en el presente, y cada segundo que transcurre, ya pertenece al pasado. No
existe máquina que nos permita retroceder el tiempo de manera que podamos
rehacer nuestros errores. Por lo tanto, es inútil lamentarnos por aquello que
ya ocurrió. Cada día trae consigo una nueva oportunidad, así que debemos
aprovecharla (Isaías 43:18-19).
3.
Soportar las consecuencias:
Cada
acción tiene una consecuencia y no podemos escapar de ella. Por lo tanto,
cuando tengamos que enfrentar esta situación, no debemos quejarnos, en cambio
utilizar la experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Además, es en esos
momentos cuando debemos acercarnos a Dios aún más (2 Corintios 12:9).
4.
No cometer el mismo error:
Los
sabios aprenden de sus errores, y uno no puede hacer esto si está estancado en
la culpa. Un pecado cometido, perdonado por Dios, ya no existe más. Esto no es
un permiso para hacer el mal deliberadamente, sino para superar las
dificultades y continuar hacia adelante (Filipenses 3:13).
5.
Aprender nuestro verdadero valor:
Tus
errores no hacen quien eres, sino las decisiones que tomes después de ellos.
Utiliza
tu pasado como una base en la cual puedas construir una nueva vida en Jesús. Él
nos ama y solo debemos aceptar su amor. Una vez que entendemos esto, podremos
comprender que nuestro valor reside en él (2 Corintios 5:17).
6.
Leer y orar con frecuencia:
Estar
en constante comunicación con Dios es importante, no solo para crecer y madurar
en nuestra fe, sino también porque debemos ser agradecidos por todo lo que hace
por nosotros. No hay nada mejor que la oración sincera y sin fingimientos.
Después de todo, Dios conoce nuestro corazón y lo que desea es que seamos
honestos ante Él (Salmos 145:18)
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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