ME CUESTA PERDONAR
Fuente:
Diego Jora
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Entonces
los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio.
Reunieron
a toda la compañía de soldados alrededor de él.
Le
quitaron la ropa y le pusieron un manto de color morado.
Hicieron
una corona hecha de espinas, se la colocaron en la cabeza y le pusieron una
caña en la mano derecha.
Se
arrodillaron ante él y se burlaban, diciendo: « ¡Viva el rey de los
judíos!» Luego le escupieron, tomaron la
caña y le pegaron en la cabeza.
Cuando
acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo
sacaron para crucificarlo. Mateo 27:27-
31 (PDT)
Esta
es una de las escenas más tristes y dolorosas que vivió nuestro Señor
Jesucristo, porque no sólo fue herido físicamente sino también emocionalmente.
Al leer estos versículos podemos ver que Él fue acusado, burlado, insultado,
golpeado, herido y humillado injustamente. ¿Cómo crees que se sentía Jesús en
ese momento? O ¿Cómo te sentirías tú? Me
imagino que muy afligido y adolorido. Pero aunque no lo creas, la reacción de
Jesús frente a una situación tan
dolorosa y humillante fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
Lucas 23:34
Es
complicado hablar de amor cuando alguien nos ha hecho mucho daño física y emocionalmente. Es más, es difícil
decir que amas y perdonas
a alguien que ha dejado marcas profundas de dolor en tu vida.
Lo aparentemente normal es que
dejas de amar a esa persona, dejas de hablarle, ya no confías, tienes
miedo, pierdes toda clase de esperanza, actúas con poca paciencia y poco a
poco entra el resentimiento, la
amargura, el enojo, el odio y por último la venganza. Lo cual viene del diablo.
Piensa
un momento en los golpes, ofensas, y humillaciones que Jesús sufrió. Luego
piensa en las cosas parecidas que te hicieron a ti. Ahora medita en la palabra
que Jesús dijo a favor de aquellos que lo humillaron. “Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen.”
A
pesar de todo lo que sufrió, Jesús tuvo misericordia y extendió su amor a todos
los que le hicieron daño. Y antes de morir, y resucitar al tercer día, Él los
perdono.
Jamás
disfrutarás de libertad y paz en tu corazón sino perdonas a los que te han hecho
daño. Porque donde está el Señor, ahí hay libertad. La clave está en guardar y
obedecer su palabra. “Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no
maldigáis…No paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de todos
los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la
ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el
Señor.” Romanos 12:14-19.
Si
obedeces la palabra de Dios, comenzarás a experimentar una paz hermosa en tu
corazón.
“Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” Mateo 5:7
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Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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