miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL HOMBRE RESTAURADO POR EL HOMBRE.

EL HOMBRE RESTAURADO POR EL HOMBRE.
Fuente: Palabra Viva

 El principio del reino es que todo lo que fue perdido por el hombre debe ser recuperado y restaurado por el hombre, de otro modo, jamás puede reinar y por tanto el reino no puede ser establecido.

         “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor. 15: 21-22).

JESÚS, EL HOMBRE Y SU VICTORIA.

          Pero aún y cuando el hombre había de redimir al hombre, no se halló a nadie digno de hacerlo. Ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra (Apoc. 5). Por esta razón, Cristo Jesús se hizo hombre.

          El hombre perdió la imagen de Dios, por lo que Cristo tomó la imagen del hombre a fin de traer al hombre a la imagen de Dios.

          “Porque hay un solo Dios y un solo mediador  entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre” (1 Tim. 2:5).

          “Más venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió  a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gál. 4.4).

          “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte (éste es al diablo)” (Heb.2:14).

          El Señor debía nacer como hombre y vivir sin pecado. Ser probado en todo y salir vencedor en toda circunstancia como hombre, manteniendo su libertad no haciéndose esclavo del pecado para llegar a ser el Redentor. “Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Heb. 4:15).

          “Porque convenía…que, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” (heb. 2:1).

          “Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; Y habiendo sido perfeccionado (como hombre), vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Heb.5:9-10).

          Por todo esto el diablo lo tentó tratando de lograr que actuase en su propio poder como Hijo de Dios, dejando así de ser el hijo del hombre: “…si eres Hijo de Dios…” –le dijo en el desierto (Mt. 4:3,6) y en la cruz (Mt. 27:40).

          Antes de su muerte Cristo Jesús fue examinado como el hijo del hombre perfecto. Nadie pudo inculparlo de pecado (Jn. 8:46).

Judíos, griegos y romanos,  lo mismo que el cielo y el infierno lo hallaron completamente inocente y perfecto. Jesús dijo antes de ir a la cruz: “viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí” (Jn. 14-30). ¡Aleluya! Nada de tinieblas hay en Jesús. El veneno de la serpiente no pudo tocarlo. Él es el Cordero sin defecto que podía ser recibido por Dios en sacrificio como expiación y compra de la creación.

          Jesús, el Hombre, trató con todos los problemas que la humanidad ha enfrentado y no le produjeron ni el más mínimo mal. Ni un solo rencor, envidia o mal pensamiento. Él “vino a deshacer las obras del diablo” (1 Jn. 3-8).

Por todo esto, Cristo es llamado “el postrer Adán”.

          En vista de lo anterior, Cristo fue probado y aprobado. Esto le concedió el derecho legal para redimir al hombre y a la creación que originalmente se le había confiado.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”

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