JESÚS EN SU CAMINO A LA CRUZ
Fuente:
devocionaldiario.org
Pasaje
bíblico: Marcos 1.32-34: “Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol,
llevaron a Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo
entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedad a mucha
gente, y expulsó a muchos demonios”.
El
evangelio de Marcos, como también el de Lucas, nos muestra la manera diligente en que Jesús recibía constantemente a muchos
enfermos y los sanaba. Y estas curaciones no pretendían necesariamente ser señales, o proclamar su divinidad. Eran la respuesta natural
de su compasión por el dolor de las multitudes. Sufría el dolor de ellos. La
miseria humana hería su corazón.
En
realidad él no había venido para curar enfermos, pero naturalmente su compasión
le impelía hacerlo. El objetivo de su encarnación, era la cruz; y en su camino
a la cruz, le era imposible sustraerse de la realidad dolorosa de la criatura.
Mitigar el sufrimiento a quienes se hallaban en su camino, le resultaba
inevitable.
Por
más que hubiera curado a miles de enfermos, y llevado consuelo a multitudes, el
propósito de su venida fue lograr la redención de millares de millones de
habitantes del mundo a través de toda la historia.
Pero
su contacto con las necesidades de hombres, mujeres y
niños que encontraba en su camino, le impulsaba a detenerse ya tenderlos.
El
Evangelista Juan selecciona siete milagros a los que llama “señales”, como
demostración pública de la trascendencia de su ministerio.
Pero tampoco dejan de mencionarse en Juan “las
señales milagrosas que hacía”. Cuando Nicodemo vino de noche a hablar con
Jesús, solamente Juan menciona el milagro en las bodas de Caná, pero él le
dice: “Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a
enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si no
estuviere Dios con él”.
Su
destino era la cruz. Y sin desviarse de su camino, se detuvo tantas veces como
fue necesario para atender las necesidades de los hombres, porque “tenía compasión
de ellos”.
Oración: Padre nuestro, ayúdanos para que en
el cumplimiento de nuestros trabajos y obligaciones, dispongamos siempre de
tiempo para atender a las necesidades de la gente. Amén.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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