DÉJATE GUIAR POR EL ESPÍRITU SANTO
Fuente: Brisna
Bustamante
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
La
desobediencia siempre trae consecuencias negativas a nuestras vidas. Adán y Eva
desobedecieron a Dios cuando Él les recomendó que no comieran del árbol del
conocimiento del bien y del mal porque morirían espiritualmente, pero como
ellos no le obedecieron se dejaron seducir por la serpiente y pecaron. Si se
hubieran arrepentido, Dios los hubiera perdonado pero no lo hicieron, por esa
razón es que tuvieron que asumir las consecuencias de esa mala decisión.
La tendencia que tenemos como seres humanos es querer
hacer nuestra voluntad, creemos siempre tener la razón y queremos que las cosas
se hagan a nuestra manera. Nos cuesta obedecer a Dios y cumplir los
mandamientos que nos dejó en su Palabra,
no respetamos a las autoridades impuestas por Él ni las reglas y
procedimientos que rigen nuestra conducta. Solo cuando tenemos que asumir la
responsabilidad de nuestros actos, llegamos a comprender la importancia de la
obediencia y de tomar en cuenta los consejos sabios que en algún momento leímos
en la biblia o nos dieron nuestros padres, pastores y amigos. No sería
necesario perder a nuestra familia, salud, libertad, trabajo o ministerio para
proceder correctamente, pero la mayoría de las veces lo es; porque solo a partir
de ese incidente empezamos a valorar todo lo que tenemos y sobre todo lo que
Dios quiere hacer en nuestras vidas y a través de nosotros.
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa
no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero
hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero
igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el
que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. Romanos 7:18-20 (NTV)
El Espíritu Santo es el único que nos da la convicción
de los pecados que aún moran en nosotros, por eso cada día debemos ser más
sensibles a su voz y a su presencia, debemos reconocer que lo necesitamos,
porque no es con nuestras fuerzas sino con su ayuda y poder que obedeceremos a
Dios, consagraremos nuestra vida a Él, no cederemos al pecado, huiremos de toda
tentación y cuidaremos nuestra salvación.
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los
demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y
amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y
saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo
esto. Gálatas 5:22-23 (TLA)
Nuestros actos deben responder al control que tiene el
Espíritu Santo de todo nuestro ser, porque no podemos producir nada santo
apartados de Él.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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