NO PIERDAS TU PRIMER AMOR
Fuente: Brisna
Bustamante
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
A todos nos gusta recibir un reconocimiento o ser
promovidos por nuestro trabajo, por el tiempo y el esfuerzo que dedicamos al
realizar una determinada actividad.
Nadie se siente bien cuando es despedido,
pero esta medida disciplinaria es necesaria cuando uno no ha cumplido con las
responsabilidades que le fueron asignadas.
De la misma manera Dios procederá con aquellas personas
que no cumplieron el propósito con el cual fueron creadas, o lo hicieron al
principio pero al pasar el tiempo permitieron que el amor y la pasión por Él
fuera menguando, de modo que sus intenciones e intereses cambiaron. Nadie más
que Dios conoce nuestro corazón y nuestras verdaderas intenciones; Él es
nuestro Creador, a Él no podemos mentirle ni engañarle; Él es Omnisciente, lo
sabe todo.
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y
que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser
apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has
tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por
tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si
no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido. Apocalipsis 2:2-3 (RVR 1960)
Si hoy estamos con vida es solo por su misericordia y
bondad. Seamos sinceros con Dios y con nosotros mismos, analicemos cuáles son
las verdaderas razones que nos llevan a servirlo. Si hemos dejado nuestro “Primer
Amor” y solo estamos cumpliendo nuestro trabajo por obligación, es mejor que
por un tiempo dejemos de hacerlo porque a Dios hay que servirle con excelencia
y por gratitud.
Hoy es un buen día para arrepentirnos, confesar nuestro
pecado, volver a los brazos de nuestro Padre Celestial y comprometernos a
servirle como Él se merece. Dejemos de enfocar nuestra vista en las cosas de
este mundo que son pasajeras, que nuestro objetivo sea la eternidad y nuestra
prioridad vivir en santidad. Cuidemos con temor y temblor nuestra salvación
para no perderla porque el regreso de nuestro Señor está muy cerca.
Todos debemos estar conscientes que cada día representa
una lucha espiritual y que no podremos ganarla en nuestras propias fuerzas.
Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, quien es nuestro consolador, consejero
y compañero de toda la vida; solo depende de nosotros ser cada día más
sensibles a su voz y a su presencia, de modo que nos dejemos guiar por Él en
cada momento y lugar hasta que Jesús vuelva.
La actitud correcta para servir a Dios es con gozo,
gratitud y amor.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario