EL VAGÓN EQUIVOCADO
Fuente:
Ana María Frege Issa
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Cuentan
que dos hombres, muy experimentados y que habían viajado mucho, sintiéndose
orgullosos de eso, se jactaban de no necesitar la ayuda de nadie para saber qué
tren tenían que tomar, en cierta
oportunidad se dirigieron a la estación y se acomodaron en un buen
compartimiento del tren que ellos creían ser el que los llevaría a su destino.
Por
tres veces un joven de equipajes asomó su cabeza en el compartimiento para
avisarles que debían pasar al coche de adelante. Por fin uno de ellos se
decidió a preguntar, con aire de suficiencia:
– ¿Y por qué no podemos quedarnos dónde
estamos?
– Por nada- respondió el hombre- solamente
que este coche no está enganchado al
tren, de manera que no les llevará a ningún parte”
Los
seres humanos somos así, confiados en nuestro conocimiento, nuestras fuerzas,
los bienes acumulados, la influencia de la gente que conocemos y muchas cosas
más; nos embarcamos en proyectos confiados en una u otra cosa terrenal e
incluso buscando religiones que llenen el vacío que llevamos, cuando sólo Dios
puede hacerlo.
No
está mal ser emprendedor, por el contrario, el problema está en no saber
reconocer nuestras limitaciones, el confiar en las cosas materiales, en
personas tan falibles como nosotros.
Mucha
gente, confiada en sus conocimientos rechaza los consejos de los demás e incluso, deja de consultar con Dios si esa
es Su voluntad. Apoyados en su
autosuficiencia se embarcan en su orgullo y emprenden el viaje. Pero, ¿Será que
los llevará a su destino?, ¿El vagón será el correcto?
Por
algo, en Proverbios 3:5-8 se nos aconseja: “Confía en el Señor con todo tu
corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo
que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu
propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará
salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos” (NTV)
Hoy
es un buen día para detener nuestra marcha acelerada y pensar si estamos
seguros de estar en el lugar, el proyecto o la empresa correcta; si no cabe la
posibilidad de que confiando en nuestro conocimiento no hayamos embarcado en el
coche incorrecto y que después de muchos sacrificios y tiempo nos percatemos
que el vagón en el que nos sentamos nunca se movió.
Pídele
a Dios que te de la humildad necesaria para reconocer tus limitaciones, la
sabiduría para tomar las decisiones correctas, que te muestre su voluntad y te de la fortaleza y
determinación para seguirla.
Cuando
te embarcas en un vagón tomado de la mano de Dios, puedes estar seguro de que
llegarás al lugar correcto sano y salvo.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario