INMERECEDOR
Fuente:
Brisna Bustamante
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Una
persona se hace merecedora de una posesión, condición o posición, cuando
invierte tiempo y esfuerzo para obtenerla. Por ejemplo, si tú estudias mucho y
te esfuerzas mereces pasar de curso o si te preparas para una competencia,
mereces ganarla.
En
la biblia encontramos a dos personas: la mujer adúltera (Juan 8:3-11) y al hijo
pródigo (Lucas 15:11-32), quienes pecaron y merecían pagar por sus actos, pero
Dios en su infinita misericordia los perdonó porque ambos se humillaron y se
arrepintieron de lo que habían hecho.
¿Qué
opinas del comportamiento que la mayoría de los hijos tienen con sus padres? A
pesar de ser malcriados, desobedientes, rebeldes, indiferentes e ingratos,
ellos no dejan de amarlos ni de preocuparse por lo que les pasa, ¿sabes por
qué? simplemente porque los aman. Esa clase de amor incondicional les fue dado
por Dios, porque: “Amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el
que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 (Nueva
Traducción Viviente)
Jesús
dio su vida por cada uno de nosotros, no merecía hacer ese sacrificio porque no
pecó en ningún momento pero decidió llevar sobre Él el peso de todas nuestras
iniquidades y rebeliones porque nos ama. Fue por su gracia que obtuvimos la
salvación como un regalo inmerecido.
Pero
él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él
sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos
sanados. Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía
lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo
que nosotros merecíamos. Isaías 53:5-6 (TLA)
Si
por alguna razón te apartaste de Dios o quizás lo has mantenido distante de tu
vida, hoy todavía tienes la oportunidad de restaurar tu relación con Él y
aceptar a Jesús como tu Salvador. No necesitas hacer nada más que reconocer que
pecaste, arrepentirte genuinamente, pedirle perdón por todo lo que cometiste y
rendirle por completo tu ser.
A
pesar de sentirte inmerecedor de su amor porque Él ocupó tu lugar, recuerda que
no hay nada bueno que puedas hacer para que Dios te amé más, ni nada malo para
que deje de amarte.
No
hay ni habrá nadie que te amé de esa manera, por eso no dejes ni un solo día de
agradecerle a Jesús por el sacrifico que hizo por ti en la cruz.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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