YO SOY DIOS
Extracto
del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan” Por Edgardo Tosoni
Fuente:
devocionaldiario.org
Pasaje
Clave: Juan 1:1-28
JESÚS
ES DIO
Juan
deja bien en claro esta verdad desde el 1º versículo. Jesús es Dios.
¿Fue
un profeta? Sí, pero es Dios. ¿Fue un sanador? Sí, pero es Dios.
¿Fue
un gran maestro? Sí, pero es Dios. ¿Fue un revolucionario? Sí, pero es Dios. ¿Fue
un gran hombre? Sí, pero es Dios.
Él
no solamente está con Dios, Él mismo es Dios. ¡¿Pero cómo, si se hizo hombre?!
Sí, pero no dejó de ser Dios. Jesús es el único ser en todo el universo que es
100% hombre y 100% Dios. Totalmente humano y totalmente Dios. Como humano está
totalmente identificado contigo y conmigo, con nuestros dolores,
preocupaciones, tristezas y alegrías, con nuestras necesidades y carencias,
pero como Dios es capaz de abrirnos el cielo y bendecirnos, fortalecernos,
entendernos, amarnos y perdonarnos, darnos todas las cosas en abundancia y
hacer algo increíble en nuestras vidas. Juan establece claramente la deidad de Jesús:
Él es Dios.
¿Pero
qué más establece Juan acerca de Jesús? (vs.3-5).
Él
es el Creador de todo lo que existe. (Él hará lo que tú no puedes).
Él
es la vida. (Deja de tenerle miedo a la muerte).
Él
es la luz. (Busca su dirección, habla con él, deja que te guíe).
¿Y
qué más declara Juan acerca de Jesús? (vs.9-14).
Él
es la luz verdadera.
El
propio mundo que él creo no le conoció. Y las personas que él creó no lo
recibieron. Pero a los que sí le recibieron los hizo hijos de Dios.
Él
se hizo carne (humano), vivió entre nosotros lleno de gracia y de verdad y nos
mostró la gloria de su Padre celestial.
JUAN
EL BAUTISTA
Gracias
al evangelio de Lucas sabemos que Juan el Bautista era primo de Jesús y seis
meses mayor que él. María, la madre de Jesús, y Elizabet, la madre de Juan el
Bautista, eran parientas, probablemente serían primas entre ellas. Por Lucas
también sabemos que Juan el Bautista fue el profeta responsable de preparar y
anunciar la llegada de Jesucristo, y fue él mismo quien lo bautizó a Jesús al comenzar
su ministerio.
¿Cómo
lo presenta Juan a Juan el Bautista? (vs.6). ¿Y qué más dice de él? (vs.7-8).
¡Wooooww!
Lo describe como “enviado de Dios” y como alguien que da “testimonio de la
luz”. Para el cielo, Juan el Bautista es el enviado de Dios, el que testifica y
habla acerca de la luz que viene al mundo. Todo el propósito en la vida de Juan
fue ese: anunciar a Jesús como la luz del mundo. Para ese momento nació, creció
y se preparó, a ese propósito le dedicó su vida. Y nunca se desvió de lo que
Dios estableció para él.
¿Sabes
que tú también naciste con un propósito?
Tu
nacimiento, independientemente de cómo haya sido, fue programado por Dios
mismo, Él te deseo y estableció el día de tu llegada porque soñó con un alto
propósito para tu vida. Tienes algo tan importante para hacer que sólo tú
puedes hacerlo. Cuando lo descubras conocerás tu propósito.
¿Qué
testimonio daba Juan el Bautista de Jesús? ¿Qué decía acerca de él? (vs.15-18,
26-27). Sinteticémoslo. Es como si Juan dijera:
“Jesús
comenzó su ministerio después de mí, pero por ser Dios estuvo antes que yo.
Antes que yo naciese, Jesús ya era” (vs.15).
“Todo
lo que somos depende de él” (vs.16).
“Dios
nos dio los mandamientos de la ley por Moisés, pero por medio de Jesús nos trajo su gracia y su verdad”
(vs.17).
“Ninguno
de nosotros ha visto a Dios, pero Jesús lo ha dado a conocer porque el que ve a
Jesús ve a Dios” (vs.18).
“Ustedes
no lo conocen. Él era antes que yo aunque venga después de mí, y yo no soy
digno ni siquiera de desatarle los cordones” (vs.26-27).
Pero
además de tener bien claro su propósito (ser el enviado de Dios para anunciador
la llegada de Jesucristo), Juan el Bautista también tenía muy clara su
identidad. Sabía quién era.
¿Qué
les responde a los judíos cuando le preguntan acerca de su identidad?
(vs.19-23). (Aclaremos que al hablar de “los judíos”, Juan no se refiere a todo
el pueblo judío, sino a la secta de los fariseos, a los saduceos y al poder
religioso de su época).
¡La tenía muy clara! ¡Sabía perfectamente bien quién
era y lo que tenía que hacer!
Saber
quién eres y descubrir el propósito de tu vida te mantendrá enfocado en todo lo
que Dios ha establecido para ti.
Pasaje
Clave: Juan 1:29-51
2º
TESTIMONIO DE JUAN
¿Qué
sucede al día siguiente? (vs.29).
¿Cómo
lo identifica Juan a Jesús, qué dice de él? (vs.29-34).
Bien,
vamos por parte. Volvamos a sintetizar lo que Juan el Bautista dice acerca de
Jesús:
Él
es el Cordero de Dios (vs.29). Él quita el pecado del mundo (vs.29).
¿”Cordero”
era el apodo de Jesús? “Hey Cordero pásame la pelota”, “Cordero ordena tu
habitación”, “Cómprame un kilo de papas, Cordero”.
Hay
apodos de todos los colores y formas. ¿Era ese el apodo de Jesús? No.
Absolutamente no. Juan no lo estaba apodando, él estaba haciendo una
declaración profética acerca de Jesús. Por revelación espiritual Juan estaba
diciendo: “Así como ofrecemos un cordero sin defectos para que Dios perdone
nuestros pecados, de esa misma manera Jesús es el Cordero perfecto (sin pecado)
enviado por Dios que se ofrecerá a sí mismo a la muerte para perdonar los
pecados de todos los que en él crean”.
Él
era primero que Juan (vs.30). No porque haya nacido primero (recuerda que Juan
era 6 meses más grande que Jesús) sino porque Jesús es Dios y existía antes que
Juan.
El
Espíritu, en forma de paloma, desciende sobre él (vs.32). Esto significa que
Jesús tiene toda la aprobación de Dios, él está lleno de la presencia de Dios.
Él
bautiza con el Espíritu Santo (vs.33). Cuando crees en Jesús como tu único
Señor y Salvador y le recibes en tu vida, él te sumerge, te introduce en la
vida del Espíritu. Esto es espectacular porque a partir de ese momento puedes
hacer las cosas que Jesús hacía, puedes pensar como Jesús piensa, puedes
decidir como Jesús lo hace, puedes vivir en el poder de Jesús cada día de tu
vida, empiezas a tener revelación para ver las cosas como Jesús las ve, deseas agradar
a Dios en todas las decisiones de tu vida y comienzas a sentir rechazo por el
pecado y por todo aquello que a Él le desagrada. Vivir en el Espíritu es vivir
bajo el gobierno de Dios y bajo su dirección todo el tiempo. Esta es (o debería
ser) la vida normal de cada hijo de Dios, no una rareza sino nuestra
experiencia normal de cada día.
Él
es el Hijo de Dios (vs.34). No entiendo. Jesús, ¿es Dios o es el hijo de Dios?
Yo soy hijo de mi papá, pero no soy mi papá, somos diferentes. ¿Y si Jesús es
Dios cómo puede ser al mismo tiempo el hijo de Dios? ¿Es Jesús hijo de sí
mismo? ¡¡Ayuuudaa!!!!
No
es fácil de explicar pero intentémoslo. Jesús es Dios pero asume la función de
Hijo, y humanamente hablando se somete a Dios quien asume la función de Padre.
Son iguales, son uno, porque Dios es uno, pero asume funciones diferentes: como
Hijo, como Padre y como Espíritu Santo.
ACTITUD
DE EVANGELISTA
¿Qué
sucede al día siguiente? (vs.35-37).
Nuevamente
Juan ve a Jesús y da testimonio de él. Habla bien de él, lo califica
positivamente y sus palabras impactan de tal manera sobre sus propios
discípulos que lo dejan (¡si lo abandonan!) y se van con Jesús.
¡Increíble!
Pero me encanta la actitud de Juan el Bautista. No se enoja con sus discípulos,
no los reta, no los amenaza, no los sermonea, no les dice nada como “ustedes
son mis discípulos y sólo me siguen a mí, me escuchan a mí y hacen lo que yo
les digo y cuidadito si me entero que se están yendo a otra parte”. ¡No! No
hace nada de esto.
Juan
los deja ir porque reconoce que Jesús es mayor que él, que su liderazgo es
mayor que el suyo, que sus palabras son mayores que las suyas. No está celoso
de Jesús, no se siente amenazado por él. Entiende que sus discípulos no son
suyos, no son su propiedad, ellos le pertenecen al Señor, ¡y qué mejor que
quieran seguir a Jesús!
No
hay rivalidad en el corazón de Juan, no hay competitividad, no hay envidias ni
celos ministeriales, no hay reproches a Dios, no hay peleas ni actitudes
infantiles. Juan es un tipo maduro. Juan es un hombre de Dios. Juan siempre
tuvo en claro su identidad y su propósito.
¿Y
qué hace Jesús con ellos? (vs.38-39).
¿Quiénes
eran los que habían dejado a Juan para seguir a Jesús? (vs.40).
¿Y
qué es lo que inmediatamente hace Andrés? (vs.41-42).
¡Actitud
de evangelista! Mira que sencillo que es: Andrés conoce a Jesús, decide
seguirlo, lo busca a su hermano Pedro, le habla de Jesús y lo trae para que él
también lo conozca y le siga. Simple. Sencillo. Eso es evangelizar. No pierdas
tiempo, ve y haz lo mismo.
¿A
quién encuentra Jesús al día siguiente? (vs.43).
¿Y
qué hace Felipe? (vs.45).
¡Actitud
de evangelista! ¡Hizo lo mismo que Andrés! Fue y lo trajo a Natanael, que como
era medio duro (vs.46) Jesús mismo tuvo que ablandarlo hablando bien de él
(vs.47-51).
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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