viernes, 15 de mayo de 2015

YO SOY DIOS

YO SOY DIOS
Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan” Por Edgardo Tosoni
Fuente: devocionaldiario.org
Pasaje Clave: Juan 1:1-28

JESÚS ES DIO
Juan deja bien en claro esta verdad desde el 1º versículo. Jesús es Dios.

¿Fue un profeta? Sí, pero es Dios. ¿Fue un sanador? Sí, pero es Dios.

¿Fue un gran maestro? Sí, pero es Dios. ¿Fue un revolucionario? Sí, pero es Dios. ¿Fue un gran hombre? Sí, pero es Dios.

Él no solamente está con Dios, Él mismo es Dios. ¡¿Pero cómo, si se hizo hombre?! Sí, pero no dejó de ser Dios. Jesús es el único ser en todo el universo que es 100% hombre y 100% Dios. Totalmente humano y totalmente Dios. Como humano está totalmente identificado contigo y conmigo, con nuestros dolores, preocupaciones, tristezas y alegrías, con nuestras necesidades y carencias, pero como Dios es capaz de abrirnos el cielo y bendecirnos, fortalecernos, entendernos, amarnos y perdonarnos, darnos todas las cosas en abundancia y hacer algo increíble en nuestras vidas. Juan establece claramente la deidad de Jesús: Él es Dios.

¿Pero qué más establece Juan acerca de Jesús? (vs.3-5).

Él es el Creador de todo lo que existe. (Él hará lo que tú no puedes).

Él es la vida. (Deja de tenerle miedo a la muerte).

Él es la luz. (Busca su dirección, habla con él, deja que te guíe).

¿Y qué más declara Juan acerca de Jesús? (vs.9-14).

Él es la luz verdadera.

El propio mundo que él creo no le conoció. Y las personas que él creó no lo recibieron. Pero a los que sí le recibieron los hizo hijos de Dios.

Él se hizo carne (humano), vivió entre nosotros lleno de gracia y de verdad y nos mostró la gloria de su Padre celestial.

JUAN EL BAUTISTA

Gracias al evangelio de Lucas sabemos que Juan el Bautista era primo de Jesús y seis meses mayor que él. María, la madre de Jesús, y Elizabet, la madre de Juan el Bautista, eran parientas, probablemente serían primas entre ellas. Por Lucas también sabemos que Juan el Bautista fue el profeta responsable de preparar y anunciar la llegada de Jesucristo, y fue él mismo quien lo bautizó a Jesús al comenzar su ministerio.

¿Cómo lo presenta Juan a Juan el Bautista? (vs.6). ¿Y qué más dice de él? (vs.7-8).

¡Wooooww! Lo describe como “enviado de Dios” y como alguien que da “testimonio de la luz”. Para el cielo, Juan el Bautista es el enviado de Dios, el que testifica y habla acerca de la luz que viene al mundo. Todo el propósito en la vida de Juan fue ese: anunciar a Jesús como la luz del mundo. Para ese momento nació, creció y se preparó, a ese propósito le dedicó su vida. Y nunca se desvió de lo que Dios estableció para él.

¿Sabes que tú también naciste con un propósito?

Tu nacimiento, independientemente de cómo haya sido, fue programado por Dios mismo, Él te deseo y estableció el día de tu llegada porque soñó con un alto propósito para tu vida. Tienes algo tan importante para hacer que sólo tú puedes hacerlo. Cuando lo descubras conocerás tu propósito.

¿Qué testimonio daba Juan el Bautista de Jesús? ¿Qué decía acerca de él? (vs.15-18, 26-27). Sinteticémoslo. Es como si Juan dijera:

“Jesús comenzó su ministerio después de mí, pero por ser Dios estuvo antes que yo. Antes que yo naciese, Jesús ya era” (vs.15).

“Todo lo que somos depende de él” (vs.16).

“Dios nos dio los mandamientos de la ley por Moisés, pero por medio de  Jesús nos trajo su gracia y su verdad” (vs.17).

“Ninguno de nosotros ha visto a Dios, pero Jesús lo ha dado a conocer porque el que ve a Jesús ve a Dios” (vs.18).

“Ustedes no lo conocen. Él era antes que yo aunque venga después de mí, y yo no soy digno ni siquiera de desatarle los cordones” (vs.26-27).

Pero además de tener bien claro su propósito (ser el enviado de Dios para anunciador la llegada de Jesucristo), Juan el Bautista también tenía muy clara su identidad. Sabía quién era.

¿Qué les responde a los judíos cuando le preguntan acerca de su identidad? (vs.19-23). (Aclaremos que al hablar de “los judíos”, Juan no se refiere a todo el pueblo judío, sino a la secta de los fariseos, a los saduceos y al poder religioso de su época).

 ¡La tenía muy clara! ¡Sabía perfectamente bien quién era y lo que tenía que hacer!
Saber quién eres y descubrir el propósito de tu vida te mantendrá enfocado en todo lo que Dios ha establecido para ti.

Pasaje Clave: Juan 1:29-51

2º TESTIMONIO DE JUAN

¿Qué sucede al día siguiente? (vs.29).

¿Cómo lo identifica Juan a Jesús, qué dice de él? (vs.29-34).

Bien, vamos por parte. Volvamos a sintetizar lo que Juan el Bautista dice acerca de Jesús:

Él es el Cordero de Dios (vs.29). Él quita el pecado del mundo (vs.29).
¿”Cordero” era el apodo de Jesús? “Hey Cordero pásame la pelota”, “Cordero ordena tu habitación”, “Cómprame un kilo de papas, Cordero”.

Hay apodos de todos los colores y formas. ¿Era ese el apodo de Jesús? No. Absolutamente no. Juan no lo estaba apodando, él estaba haciendo una declaración profética acerca de Jesús. Por revelación espiritual Juan estaba diciendo: “Así como ofrecemos un cordero sin defectos para que Dios perdone nuestros pecados, de esa misma manera Jesús es el Cordero perfecto (sin pecado) enviado por Dios que se ofrecerá a sí mismo a la muerte para perdonar los pecados de todos los que en él crean”.

Él era primero que Juan (vs.30). No porque haya nacido primero (recuerda que Juan era 6 meses más grande que Jesús) sino porque Jesús es Dios y existía antes que Juan.

El Espíritu, en forma de paloma, desciende sobre él (vs.32). Esto significa que Jesús tiene toda la aprobación de Dios, él está lleno de la presencia de Dios.

Él bautiza con el Espíritu Santo (vs.33). Cuando crees en Jesús como tu único Señor y Salvador y le recibes en tu vida, él te sumerge, te introduce en la vida del Espíritu. Esto es espectacular porque a partir de ese momento puedes hacer las cosas que Jesús hacía, puedes pensar como Jesús piensa, puedes decidir como Jesús lo hace, puedes vivir en el poder de Jesús cada día de tu vida, empiezas a tener revelación para ver las cosas como Jesús las ve, deseas agradar a Dios en todas las decisiones de tu vida y comienzas a sentir rechazo por el pecado y por todo aquello que a Él le desagrada. Vivir en el Espíritu es vivir bajo el gobierno de Dios y bajo su dirección todo el tiempo. Esta es (o debería ser) la vida normal de cada hijo de Dios, no una rareza sino nuestra experiencia normal de cada día.

Él es el Hijo de Dios (vs.34). No entiendo. Jesús, ¿es Dios o es el hijo de Dios? Yo soy hijo de mi papá, pero no soy mi papá, somos diferentes. ¿Y si Jesús es Dios cómo puede ser al mismo tiempo el hijo de Dios? ¿Es Jesús hijo de sí mismo? ¡¡Ayuuudaa!!!!
No es fácil de explicar pero intentémoslo. Jesús es Dios pero asume la función de Hijo, y humanamente hablando se somete a Dios quien asume la función de Padre. Son iguales, son uno, porque Dios es uno, pero asume funciones diferentes: como Hijo, como Padre y como Espíritu Santo.

ACTITUD DE EVANGELISTA

¿Qué sucede al día siguiente? (vs.35-37).

Nuevamente Juan ve a Jesús y da testimonio de él. Habla bien de él, lo califica positivamente y sus palabras impactan de tal manera sobre sus propios discípulos que lo dejan (¡si lo abandonan!) y se van con Jesús.

¡Increíble! Pero me encanta la actitud de Juan el Bautista. No se enoja con sus discípulos, no los reta, no los amenaza, no los sermonea, no les dice nada como “ustedes son mis discípulos y sólo me siguen a mí, me escuchan a mí y hacen lo que yo les digo y cuidadito si me entero que se están yendo a otra parte”. ¡No! No hace nada de esto.

Juan los deja ir porque reconoce que Jesús es mayor que él, que su liderazgo es mayor que el suyo, que sus palabras son mayores que las suyas. No está celoso de Jesús, no se siente amenazado por él. Entiende que sus discípulos no son suyos, no son su propiedad, ellos le pertenecen al Señor, ¡y qué mejor que quieran seguir a Jesús!

No hay rivalidad en el corazón de Juan, no hay competitividad, no hay envidias ni celos ministeriales, no hay reproches a Dios, no hay peleas ni actitudes infantiles. Juan es un tipo maduro. Juan es un hombre de Dios. Juan siempre tuvo en claro su identidad y su propósito.

¿Y qué hace Jesús con ellos? (vs.38-39).

¿Quiénes eran los que habían dejado a Juan para seguir a Jesús? (vs.40).

¿Y qué es lo que inmediatamente hace Andrés? (vs.41-42).

¡Actitud de evangelista! Mira que sencillo que es: Andrés conoce a Jesús, decide seguirlo, lo busca a su hermano Pedro, le habla de Jesús y lo trae para que él también lo conozca y le siga. Simple. Sencillo. Eso es evangelizar. No pierdas tiempo, ve y haz lo mismo.

¿A quién encuentra Jesús al día siguiente? (vs.43).

¿Y qué hace Felipe? (vs.45).

¡Actitud de evangelista! ¡Hizo lo mismo que Andrés! Fue y lo trajo a Natanael, que como era medio duro (vs.46) Jesús mismo tuvo que ablandarlo hablando bien de él (vs.47-51).

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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