CUANDO CONOCES LA VERDAD
Fuente: Renuevo de Plenitud.
El tren ha comenzado a moverse. Está cargado de gente
de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad,
tanto hombres como mujeres. Cerca de la ventana se sentaba un anciano con su
hijo de 30 años.
Mientras el tren se mueve, el hijo está sobrecogido de
gozo, encantado por el paisaje fuera.
"Ve, papá, el paisaje de los árboles verdes
alejándose es muy hermoso".
Esta conducta del hijo de 30 años hizo que los demás se
sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar una cosa u otra acerca
de este hijo.
De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia
cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abierta. El hijo de 30 años,
lleno de gozo decía: "Ves, papá, cuán hermosa es la lluvia..."
La esposa de Anup se molestó con las gotas de lluvia,
ya que caían sobre su nuevo vestido, dañándolo.
"Anup, ¿no puedes ver que está lloviendo? Usted,
anciano. Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental pronto y no
moleste a los demás".
El anciano titubeó primero y entonces contestó en tono
bajo: "Regresamos a casa del hospital. Mi hijo fue dado de alta esta
mañana. Nació ciego y no fue sino hasta la semana pasada que recobró la vista.
La lluvia y la naturaleza son nuevas a sus ojos. Por favor, perdónennos la
inconveniencia causada".
Enviado por Kartik
Bodawala, India
¡Cuán necesario nos es el empatizar con los demás y
tratar de colocarnos en sus zapatos! Y es que muchas veces lo que aparenta ser
la realidad a primera vista, simplemente no lo es.
Tal vez la clave consista en siempre darle a los demás
el beneficio de la duda, reconociendo que lo que hacen debe tener sentido en
sus mentes y corazones, que tal vez sea motivado por un trasfondo distinto al
nuestro y que tal vez sea solo una reacción transitoria.
Dejemos de jugar a ser Dios y aceptemos que nunca
tendremos toda la información, ni comprensión completa de situación alguna y
que, al emitir juicio debemos estar conscientes de ello. Si así lo hacemos,
podremos siempre extender una mano amiga y tierna a quien ha experimentado
menos bendiciones que nosotros. Adelante y que el Señor les bendiga.
Raúl Irigoyen.
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni
oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparadopara
los que lo aman». 1 Corintios 2:9
Fuente: Renuevo de Plenitud.
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Centro
Cristiano “Cristo es la Puerta”
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