PREDICA
A CRISTO Y ÉCHATE A UN LADO
Pero Yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a
todos a Mí mismo. Juan 12:32
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Acontecerá en los postreros días, que el monte de
la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes. Se alzará sobre
los collados, y confluirán a él todas las naciones. Isaías
2:2
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Hablémosle a la gente de Jesús.
Proclamemos a Jesús como la respuesta a todas las necesidades de la humanidad.
El Señor no necesita gente perfecta
predicando su palabra. La mujer con el fuljo de sangre no era perfecta. Ella no
conocía todos los detalles de la persona de Jesús, ni cuál era el protocolo que
había que seguir para recibir sanidad. Ella violó todos los protocolos habidos
y por haber, pero el Señor honró su f. Tenemos que decirle a la gente: “Ven a
Jesús no importa cuál sea tu situación, no importa que tú no entiendas todos
los detalles acerca de Él, no importa que estés viviendo con alguien sin
casarte, no importa que seas un homosexual, no importa que seas un adúltero, no
importa que estés alcoholizado ven y pon tu mano sobre el Señor. Ven tal como
estás, y desde ahí el Señor comenzará a formarte y santificarte”. Él hará la
obra en su tiempo y a su manera. Una vez que haya proclamado el evangelio,
échese a un lado y deje entonces que el Señor haga lo que Él sabe hacer.
Nuestro llamado es simplemente ponerlos
en contacto con Cristo. Él hace la obra, hermanos. Ponga la mano de esa persona
en la mano de Jesús y Él hará lo que Él sabe hacer en Su tiempo y en Su forma.
Traiga a la gente al Señor. Dígale: “Mira, si tú tienes problemas, si tienes
necesidad, si hay pecado en tu vida tú eres un candidato perfecto para el
Evangelio. Únete a todos los demás que estamos aquí luchando de la misma manera
buscando sanidad también del único sanador que hay en el universo, Cristo
Jesús”. Preséntele a Cristo, no le presente religión, no le pida que se haga
evangélico, no le pida que se haga miembro de su iglesia. Dígale: “conéctate
con Jesús, pon tu mano sobre el manto de Jesús”.
Levantemos a Cristo, porque cuando
Cristo sea levantado, Él hará el trabajo. Cuando nosotros le presentemos a la
gente a Cristo y les digamos: refúgiate en él, el Señor va a abrirles los ojos
y va a arrancar el hipnotismo, el hechizo que tiene la gente de creer que
Cristo es una amenaza para sus vidas, de creer que el Evangelio es algo para
hipócritas y para fracasados, el Señor va a hacer esa obra. Porque hay un velo
que cubre el entendimiento de la gente y ese velo no lo podemos rasgar
nosotros. Pero Cristo lo hace desaparecer en un instante. Pero preséntales a
Jesús, Jesús, Jesús.
La consigna para nosotros en este
tiempo es Cristo, Cristo, Cristo. Preséntele a Jesús, use el nombre de Jesús lo
más que usted pueda y levante al Hijo del Hombre. Cristo dice que si el hijo
del hombre fuere levantado, Él atraerá a todos hacia sí mismo. Nosotros lo
levantamos, y Él los atrae. Esa es la promesa, esa es la consigna. Cristo es la
solución. Vamos a presentar a Jesús como el que tiene la respuesta y nuestra
comunidad va a ser salva, va a ser sanada. Los norteamericanos van a venir, los
africanos van a venir, los afroamericanos van a venir, los chinos van a venir,
los ricos van a venir, los intelectuales van a venir, los pobres van a venir,
los necesitados van a venir, los jóvenes van a venir; porque el Señor los va a
atraer a sí mismo.
Simplemente
asegurémonos de llenar la ciudad del nombre de Jesús. Vamos a desatar una
epidemia sanadora, una epidemia de vida. No una epidemia de muerte, sino una
epidemia de Cristo, un contagio comunal de Jesús, y vamos a convertirnos en
portadores de ese virus de vida, de ese germen de bendición, esa semilla de
transformación para la comunidad y para la ciudad.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro
Cristiano “Cristo es la Puerta”
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