LO QUE LA LEY NO PUDO HACER,
YA QUE ERA DÉBIL POR CAUSA DE LA CARNE, DIOS LO HIZO: ENVIANDO A SU PROPIO HIJO
EN SEMEJANZA DE CARNE DE PECADO Y COMO OFRENDA POR EL PECADO, CONDENÓ AL PECADO
EN LA CARNE.
Pues ya que la ley sólo tiene la sombra
de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los
mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer
perfectos a los que se acercan. De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse,
ya que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado?
De todas las cosas de que no pudisteis
ser justificados por la ley de Moisés, por medio de El, todo aquel que cree es
justificado.
Así que, por cuanto los hijos
participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para
anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es
decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos
a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no ayuda a los ángeles,
sino que ayuda a la descendencia de Abraham.
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus
hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo
sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados
del pueblo.
Ro.8:3 He, 10:1,2 Hch.13:39 He.2:14-17
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Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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