AMNESIA
Fuente: Reflexiones
Cortas.net
Ausencia y de pronto, la nada, instantes de una
eternidad no deseada.
Memoria sin recuerdo, presente en la añoranza, estar y
no saberlo. Volar de una historia con rostros, sonidos, voces, lugares
sentimientos al yermo desierto de una gélida ausencia presente. Vislumbrar sólo
nostalgia, caricias que no siento, dulces palabras que no traspasan este mar en
el que estoy sumergida, perfumes y aromas que la brisa del vacío se lleva.
Suplica silenciosa para que me retengan. Añorar que los
brazos formen un tibio nido al cual volver de este helado vuelo. Que la mano
sobre la frente suavemente traiga mi alma y mis recuerdos dentro de mí. Que el
beso susurrante de un ¡te quiero! ¡No me dejes! Me den la fuerza para no seguir
este viaje.
Con la fuerza del querer, desgarro las blancas paredes
que me encierran buscando señales, vestigios del pasado y sólo aparecen nuevas
paredes tan blancas.
Es como morir y seguir latiendo. Haber viajado
involuntariamente sin destino, sin bitácora que me muestre el camino recorrido,
querer volver de aquel lugar al que nunca fui.
Cansinamente las desgarradas paredes permiten el paso
de un imperceptible arco iris que se acerca cargado de la vida. Y… Aquí estoy
otra vez pero ya no soy la misma.
Esta noche esta serena, a pesar
de que aún se escucha gente en la calle. Puedo escuchar las risas, el
alboroto de personas que tal vez regresan de algún antro, y a pesar de que
también escucho el viento golpear los cristales de las ventanas, y oír como
estas se sacuden al hacer contacto. Aun así, esta noche esta serena, se
respira paz, se siente tranquilidad.
Esta noche me he desnudado, y
me gusta lo que veo, me gusta lo que admiro, porque aunque a pesar de que tal
vez veo tantos defectos, entre ellos alcanzo también a ver virtudes. Esta
noche no tengo piel, no la necesito, no me quiero privar de estar al desnudo,
no necesito esta noche cubrirme, así estoy a gusto, así estoy perfecto….
¿Cómo se alcanza lo perfecto?
tantas veces me lo pregunté… pero hoy lo he descubierto nuevamente por que lo
sabía, ya lo había palpado, ya lo había descubierto, pero son tantos los
problemas que en ocasiones me agobian.
Amigo, cuantas veces vamos por
la vida buscando encontrar, conocer
personas y aunque no busques, las encuentras, las conoces a diario en tu
vida. Hay personas que te dejan tal vez alguna huella oscura, otras una clara
como cristal, limpia como la nieve, de ti solo depende que huella permitirás que
se quede. Ahora te pregunto ¿Qué tipo de huella dejas tú en la vida que
cruzas… en la vida que tocas?
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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