lunes, 20 de enero de 2014

EL VALOR DE LA DISCIPLINA EN EL PUEBLO DE DIOS

EL VALOR DE LA DISCIPLINA EN EL PUEBLO DE DIOS
Faustino de Jesús Zamora Vargas
Congregación León de Judá
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. Apocalipsis 3:19
Sino que esto es lo que les ordené: 'Escuchen Mi voz (Obedézcanme) y Yo seré su Dios y ustedes serán Mi pueblo, y andarán en todo camino por el que Yo los envíe para que les vaya bien.' Jeremías 7:23
Cuando Dios hace planes lo hace consciente de que habrá quienes reciban su visión de llevarlos adelante. La visión es siempre de Dios. El Espíritu habla a los creyentes y les revela los planes del Padre. Lo demás es cuestión de obediencia, si se ha sabido escuchar claramente la voz de Dios; o desobediencia, si sus propósitos han sido malinterpretando o peor, ignorados. Muchas veces los enemigos de los planes de Dios están entre nosotros. Pero Dios es un Dios de orden y disciplina a los que ama.
Volvamos a Nehemías. Mientras el pueblo más humilde reconstruía los muros de Jerusalén, otros, ricos y poderosos en posesiones y tierras que también eran judíos venidos de la cautividad, explotaban a sus hermanos pobres y hambrientos, se convertían en prestamistas que endeudaban a las familias hebreas con elevados intereses. Los pobres empeñaban hasta sus tierras, los más humildes eran sometidos a servidumbre por sus propios hermanos. (Neh 5.1-6). La protesta del pueblo al nuevo gobernador Nehemías no se hizo esperar y Dios empoderó a su siervo para disciplinar moralmente a los nobles. La amonestación fue aceptada y les fue devuelto a los humildes todo cuanto habían perdido y empeñado.
La oposición a hacer la voluntad de Dios también puede venir desde adentro. Es importante saberlo para estar alertas. En un mundo arruinado moralmente el diablo siempre va a tratar de confundirnos. Nuestra confianza está en Cristo, la piedra del ángulo desechada por los constructores, devenida en Roca sobre la que se erige y establece su iglesia, por eso “…las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. (Mt 16.18). La iglesia de Cristo tendrá que padecer de los mismos sufrimientos de su Arquitecto, pero a pesar de la resistencia de sus enemigos, de los modernos Sanbalats y Tobías contemporáneos (enemigos de Nehemías), continuará levantándose ante toda oposición, venga de adentro o venga de afuera.
Es por eso que la disciplina del pueblo de Dios tiene un valor innegable. Podemos equivocarnos, pero Dios no se equivoca; podemos resbalar, pero Dios nos levanta. Debemos ser conscientes de que la disciplina de Dios trae bendición. El autor de Hebreos nos recuerda: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (He 12.11).
Y nuestro hermano Job, casi con júbilo, declara: “¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso” (Job 5.17).
Los hijos de Dios debemos sentir la corrección de Dios como necesaria para continuar bregando en las lides espirituales y glorificar a Dios. Debemos estar dispuestos a dejar que el dedo de Dios nos “formatee” de vez en cuando para volver a un estado de mente renovada y asumir así nuevos retos con nuevos bríos para continuar haciendo su obra. En un mundo en ruina espiritual y moral la disciplina de Dios es un valor poderoso contra los valores de la oposición y la desobediencia. Salomón lo entendió así y nos legó esta tremenda ilustración: “El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida” (Proverbio 6.23 NVI)
Lectura sugerida: Nehemías 5.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 


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