AUNQUE TE RÍAS

AUNQUE TE RÍAS

Fuente: Ana María Frege Issa

 Este artículo fue producido por Radio.

Hay una historia en la Biblia, muy conocida que se encuentra en Génesis 18. Ese capítulo relata la promesa del nacimiento de Isaac.

Cuando Dios le dijo a Abraham que sería padre, Sara, quien estaba escuchando detrás de la puerta de la tienda, se rió porque consideró que eso era un imposible, bastaba con tener en cuenta la edad avanzada que tenía.

Ante la reacción de Sara, Dios le preguntó a Abraham: “¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?“

Muchas veces nosotros hacemos lo mismo que Sara,  Dios nos promete algo, pone un sueño o un anhelo en nuestro corazón y nosotros nos reímos porque, claro, las circunstancias actuales no son favorables, quizás consideremos que no estamos capacitados, que hay gente más apta o que somos muy jóvenes o, por el contrario, muy viejos.

A Dios le gusta que nos riamos, que seamos alegres, pero cuando Él promete algo no bromea, no miente, no quiere sólo ilusionarte. Te está contando los planes que tiene para ti y quiere que le creas y confíes en su palabra; aunque todo parezca estar en tu contra, no hay anda imposible para Él.

Recuerda que no importan tus circunstancias actuales, ellas son simplemente eso, circunstancias, momentos pasajeros que actúan como  un crisol donde somos purificados y nos vamos perfeccionando.

Si Dios te dijo que haría algo, lo hará porque sus pensamientos son más altos que los nuestros y sus planes para nuestras vidas van mucho más allá de las circunstancias.

¿Cuál es tu sueño? ¿Qué anhela tu corazón? ¿Qué has venido pidiéndole a Dios? No importa si ha pasado mucho tiempo, ten la certeza que Dios cumplirá su promesa. No pierdas las esperanzas, cree en lo que Él te prometió, aunque suene gracioso y ahora no le encuentres ningún sentido, Él lo hará.

“Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Isaías 55:9

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