jueves, 23 de enero de 2014

AMAR ES UNA ACTITUD INTERIOR

Fuente:  Giovanna
Reflexiones Cortas.net

Muchas personas creen que es fácil amar y que solo necesitan encontrar a alguien quien amar. Peor aún, piensan que el problema está afuera y que lo que necesitan, es hallar a alguien que los ame.
El amor, siendo algo tan importante, pensamos que hay que dejarlo a la deriva, que ya se aparecerá el hombre o la mujer de mi vida.
Lo curioso, es que no operamos de la misma forma en otros ámbitos.
Por ejemplo, si quieres ser el mejor estudiante de tu clase, sabes que no lo dejas a la deriva. Cuestionas, investigas y pruebas formas de estudio para aprender y ser el mejor.
Si quieres ser el mejor bailarín de salsa, tienes que experimentar, equivocarte muchas veces y quedarte con tus mejores pasos.
Y en el amor, que es la meta que muchos anhelamos, creemos que solo debemos acostarnos en la hamaca y mecernos. El amor llegará solito.
Pensar que solo necesito una persona por la que sienta amor, equivale a pensar que voy a ser un magnífico guitarrista sin estudiar los principios básicos para tocarla, y que solo necesito la mejor guitarra. Y cuando la tenga…. ¡voy a tocar la quinta sinfonía de Beethoven!
Ilógico ¿verdad?
En el amor, primero tienes que comprender los principios básicos y la naturaleza humana.
¿Por dónde empiezo Edgar? Debes empezar por ti. Muchas veces juzgas a tus candidatos o parejas, por lo que has observado en tu familia. Por ejemplo, piensas que si tu papá trata mal a tu mamá, es así en todas las relaciones. Y por eso dices que el matrimonio no es para ti. Si tu tía Juana te dice “Mira mi niña, los hombres solo lo que quieren es acostarse contigo” vas a ir con esa etiqueta y con esos lentes vas a ver a todos los hombres.
“Mira hijo, las mujeres son interesadas, con dinero ¡hasta baila el perro!” y como hombre, piensas que las mujeres solo piensan en tu billetera. Si tienes una baja autoestima, producto de la falta de atención de tus padres desde la niñez, vas a ir a una relación con la etiqueta de que no mereces ser amada, inconscientemente te saboteas, y cuando un hombre te trata bien, piensas que tiene muy mal gusto por haberte elegido ¡y lo acabas dejando! Eres hija de la mala vida, no cabe duda…
También, la falta de autoestima, hace que no desees pelear con tu pareja “para que vea que soy un amor” lo que no sabes, es que al no platicar acerca de las diferencias, estas se van acumulando en un “costalito” invisible que llevas a tus espaldas y ocurre que un solo problema menor, hace que ya no soportes la carga, le arrojas el costal a la cara ¡y le lees la lista de navidad!
Tu pareja se quedará sorprendida por el pequeño problema por el que te enojas. No es el pequeño problema. Es el cúmulo de todos, y que con uno más ya no aguantaste.
Pero también puede ocurrir que tengas tu costalito, y que tu pareja ni siquiera te dé la oportunidad de arrojárselo. Se va de tu vida antes ¿por qué? Te guste o no, los problemas son la sal de la vida. Si no hay diferencias y diálogo, tu pareja se aburre, no encuentra ninguna emoción en ti, ya que a todo dices “si” y se va ¡pero si yo le aguantaba todo! me vas a decir. No debiste hacerlo. Tu pareja te hubiera agradecido más que le dijeras lo que no te gustaba de la relación, para que trabajaran juntos en ella.
Por eso, debes ir al encuentro del amor con total apertura ante la vida. Debes liberarte de las cadenas de las experiencias del ayer. Porque si juzgas con los lentes del pasado a tus parejas, no te permitirán apreciar la gran oportunidad que tienes en estos momentos ante ti.
Dicen que, debes en cuando, pasa un centímetro cúbico de la suerte delante de nosotros. Que debemos estar alerta para que, cuando este aparezca justo delante de nuestros ojos, atraparlo y no dejarlo ir.
Alguna persona decía que no ha vivido 25 años, sino que ha vivido el mismo día durante 25 años.
Y tú ¿Has vivido 10 relaciones diferentes o la misma relación 10 veces? Porque si repites una y otra vez las mismas experiencias, significa que hay algo en ti que tienes que liberar. Significa que juzgas a las personas con tus experiencias del ayer. Ábrete a la posibilidad, desde el fondo de tu corazón, de que esa persona puede ser diferente. Y conócela. No trates de ver características de otras parejas en ella.
Por ejemplo, tuve una novia que quise mucho. Pero tuvo muchas parejas antes de mí y me veía a la luz de sus experiencias del ayer. En cierta ocasión le di un regalo, porque tenía ganas. Y me dijo “me da la impresión de que eres como mi ex novio Jorge, él me quería comprar con obsequios” ¿¿?? Fue la cara que puse. Yo siempre he querido que una mujer me aprecie por lo que soy. No comprarla con regalos, porque no sería un amor sincero. Tampoco, por mi dinero.
Me quedaba claro que me veía con los lentes de sus experiencias pasadas. No se había ocupado en conocer al verdadero Edgar.
El colofón llegó cuando, semanas antes de terminar, me dijo “mi ex novio Alberto me dijo que por él no había problema, que aunque tuviera novio (yo) podíamos seguirnos viendo, tener intimidad…” Bueno, yo asumí que había “rechazado” esa proposición indecorosa y que por eso me lo estaba compartiendo.
Aunque ahora me queda la duda de si la rechazó. Cuando terminamos ¿Qué crees? Me dijo “te propongo que nos veamos cuando tengamos ganas” lo que para mí traducido era “quiero verte cuando tenga ganas”, pero cuando siguió hablando… ¡me quedé estupefacto! ¡Me estaba haciendo exactamente la misma proposición indecorosa que su ex novio Alberto le había hecho a ella!
Guardé silencio. No respondí nada. “Bueno, si tú quieres…”. Seguí sin responder nada. Estaba decepcionado. Comprendí que ella nunca me había conocido como soy. Estaba tan ocupada en sus problemas y sus deseos egoístas, que nunca me conoció. Si lo hubiera hecho sabría de antemano que esa proposición indecorosa me era inaceptable. Mi novia lo tiene todo. Mi amiga… solo mi amistad.
Obviamente rechacé su oferta.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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