domingo, 19 de enero de 2014

MI DEPRESIÓN ME ESTÁ MATANDO 1

MI DEPRESIÓN ME ESTÁ MATANDO 1
Fuente: Alejandra Stamateas
Devocional Diario.org

La depresión es una enfermedad muy común en nuestros días. Es importante que sepamos distinguirla de la tristeza. Mientras todos en algún momento pasamos por momentos de tristeza, la depresión crece con el tiempo y se va haciendo crónica. Cuando padeces de depresión comienzas a tener falta de deseo, pensamientos extremistas y alimentas la creencia de que naciste con alguna falla. Lejos de traer buenos recuerdos a tu mente, te la pasas recordando aquellas experiencias negativas y dolorosas del pasado. Al encontrarte en ese estado emocional crítico, quiebras las reglas que te habías impuesto en tu vida personal. Así, todo se desordena: la rutina, los horarios, la alimentación, la manera de vestirse, los cuidados personales, etc. Paralelamente, vas abandonando aquellas cosas a las cuales les solías dar mucha importancia. Por ejemplo, dejas de darle prioridad al estudio y decís: “No tengo ganas de leer” o “No me animo a dar ese examen”. Tal vez antes no te perdías por nada del mundo una salida con tu pareja o con tus amigas, pero si estás deprimida decís: “No tengo ganas de salir”. Al sentirte inmersa en un pozo profundo, aunque el otro te quiera brindar su apoyo y levantarte el ánimo, te resulta difícil creer que hay una salida a esa situación en la que te encuentras.
¿Por qué nos deprimimos?
Muchas veces, las depresiones son consecuencias de los duelos mal elaborados como la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, de una pareja, de una mascota o de algo material. Cuando uno no se dio el tiempo necesario para resolver esa situación dolorosa, se queda estancado en ese momento, y eso se transforma en depresión. Mucha gente dice: “No tuve tiempo para superar la muerte de mi esposo. Apenas murió tuve que salir a trabajar porque de lo contrario no hubiera podido darles de comer a mis hijos”, “Nunca tuve tiempo para descargar mi dolor y llorar todo lo que necesitaba” o “Nunca pude preguntarme por qué me sucedió eso a mí”.
Ciertamente, una persona que está pasando por depresión no tiene ni presente ni futuro, pues se queda estancada en un pasado en el que todo pareció ser negativo. Hacer una lectura positiva de las cosas en ese momento no es una tarea sencilla, sino que requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Si estás pasando por una depresión profunda y crees que no tienes salida, quiero decirte que el Señor llevará a cabo dos tareas fundamentales para que empieces a ver tu vida de otra manera:
Dios va a abrir tu mente para que empieces a escuchar lo que nunca escuchaste y puedas hacer lo que nunca hiciste.
Esta es una tarea que le corresponde exclusivamente a Dios. Él abrirá tu mente y te dirá: “A partir de ahora vas a dejar de escuchar tu pasado negativo, y vas a empezar a ver el presente y el futuro que tengo para tu vida. Vas a oír cosas que aún no oíste y harás cosas que todavía no hiciste”.
Dios va a romper tu concepto de normalidad.
Dios va a triturar esa rutina y esas creencias que te parecen normales, y te dirá: “Te voy a dar mi normalidad, una nueva manera de pensar que está llena de milagros”. Tu normalidad dice: “A esta edad yo debería estar casado”, “En ese momento debería haber estudiado” o “A esta altura de la vida ya no puedo tener hijos”, pero la normalidad de Dios quiebra tus limitaciones, te enseña a creer en milagros y a vivir por fe.
Hay mujeres que cuando se enojan ven el mundo de color rojo, porque consideran que este representa la furia. Otras mujeres, en cambio, ven todo negro cuando se deprimen, mientras que ven todo fucsia cuando se sienten alegres. Sin embargo, hay un momento en el que no puedes describir lo que te está pasando con ningún color posible y es entonces cuando el Señor te dice: “Voy a quebrar tus creencias y te voy a mostrar cómo es mi normalidad y cómo son los milagros que vendrán a tu vida. De este modo, te darás cuenta que no hay una sola manera de vivir, sino que hay varias. ¡Yo te las voy a enseñar!”.
(CONTINÚA…)

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”

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