Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia.
Lo guió en tierra desierta, en la horrenda soledad de un desierto; lo rodeó, cuidó de él, lo guardó como a la niña de sus ojos. Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, extendió sus alas y los tomó, los llevó sobre su plumaje. El SEÑOR solo lo guió, y con él no hubo dios extranjero.
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te enseña para tu beneficio, que te conduce por el camino en que debes andar.
He aquí, Dios es exaltado en su poder ¿quién es maestro como Él?
Por fe andamos, no por vista.
Así pues, salgamos a El fuera del campamento, llevando su oprobio.
No tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir.
Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma.
Levantaos y marchad, pues este no es lugar de descanso.
Heb. 11:8 Sal.47:4 Dt.32:10-12 Is.48:17 Job.36:22 II Co.5:7 Heb.13:14 I P2:11 Mi.2:10
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano "Cristo es la Puerta"
No hay comentarios:
Publicar un comentario