UN
DISCÍPULO NO ESTÁ POR ENCIMA DEL MAESTRO.
Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis
razón, porque lo soy.
Le basta al discípulo llegar a ser como su
maestro, y al siervo como su señor.
Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si
guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra.
Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha
odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Considerad, pues, a aquel que soportó tal
hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os
desaniméis en vuestro corazón. Porque todavía, en vuestra lucha contra el
pecado, no habéis resistido hasta el punto de derramar sangre.
Por tanto, puesto que tenemos en derredor
nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del
pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,
quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la
vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos
también vosotros con el mismo propósito.
Mt.10:24
Jn. 13:13 Mt.10:25 Jn. 15:20; 17:14 He.12:3,
4, 1, 2 I P. 4:1
Recibe una Bendición y
un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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