CERRAMOS
FILAS, PROTEJAMOS EL NIDO
Miren, les he dado autoridad para pisotear sobre
serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará
daño. Lucas 10:19
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Entonces David preguntó a los que estaban junto a
él: "¿Qué harán por el hombre que mate a este Filisteo y quite el
oprobio de Israel? ¿Quién es este Filisteo incircunciso para desafiar a los
escuadrones del Dios viviente?" 1
Samuel 17:26
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Hemos visto un aura tiñosa volando
seguida por 4 pequeños pajarillos los cuales la iban picoteando. Era increíble
ver a la enorme ave huyendo acobardada de unos pequeños valientes que, era
evidente, estaban unánimes defendiendo algo preciado, algo como un nido.
Nuestro nido es la iglesia y la iglesia
somos nosotros.
A veces, podemos ver a Satanás como
algo tan grande que nos hace temblar y no nos atrevemos a defendernos de él, de
forma pusilánime nos arrinconamos permitiendo que él gane terrenos en nuestra
vida y nos zarandee a su antojo. “Más Jehová está conmigo como un poderoso
gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán y no prevalecerán; serán
avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión,
que jamás será olvidada” Jeremías 20.11
Estamos advertidos en Mateo 12.43-45
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando
reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando
llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo
otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer
estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá
a esta mala generación”
De hecho, tenemos ejemplos vivos de
esta situación, conocí un hermano que tenía una vida activa en la iglesia,
ganaba concursos de memorización de versículos bíblicos, era el jefe de una
brigada de construcción, pero tenía un grave problema, amaba el dinero más que
a la Salvación que Cristo le había regalado y sucumbió a la tentación
provocando pérdidas a la iglesia y de esta forma comenzó su descenso que de
manera brutal culminó en una prisión.
Pero esta prisión no era la peor de su
vida, el pecado se convirtió en un gigante invencible que lo aplastó y la casa
de su corazón, barrida y adornada fue allanada por espíritus inmundos. No tuvo
la previsión, desde la primera caída, de buscar otros pequeñitos que se unieran
en defensa de su vida espiritual y picotearan al maligno mediante la oración.
¡Qué difícil se nos hace reconocer
nuestros demonios cuando nos invaden!
¿Es tan difícil saber cuándo infringimos, cuando desagradamos a Dios?
¿Es tan fácil dejar la puerta abierta de forma descuidada?
Cuando lo vemos en la vida de otro, nos horrorizamos y pensamos:
-¿Cómo pudo suceder?
¿Es tan difícil saber cuándo infringimos, cuando desagradamos a Dios?
¿Es tan fácil dejar la puerta abierta de forma descuidada?
Cuando lo vemos en la vida de otro, nos horrorizamos y pensamos:
-¿Cómo pudo suceder?
Lo terrible es que a cualquiera nos
puede pasar, somos equilibristas en una cuerda floja que solo es sostenida por
la íntima relación que se establece a través de la oración y el ayuno, pues
como dijo nuestro Señor, algunos géneros solo salen con oración y ayuno (Mateo
17.21)
No temamos hacer partícipes a nuestros
hermanos de nuestros pecados, más bien temamos hacer partícipes de nuestra vida
a los espíritus inmundos que pueden corromper el alma. El mejor ejército que un
cristiano puede tener son sus hermanos, esos pequeños que nos rodean, mansos,
defectuosos, pero que se vuelven fieras por arrebatar una vida a Satanás.
Entonces: No importa cuán grande sea el enemigo, cuando
los hijos de Dios se unen en el nombre de Jesús (Mateo 18.19-20), no hay
gigante que no sea vencido.
Recibe una Bendición y
un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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