¿POR
QUÉ PROBLEMAS?
¿Alguna vez te preguntaste porqué tienes
tantos problemas? O tal vez no eres de los que tienen muchos problemas, tal vez
conoces a gente que parece un imán en cuanto a problemas se trata: pareciera
que siempre están atrayéndolos.
¿Sabías que la Biblia te da la fórmula
para enfrentar los problemas y hasta para acabarlos del todo?
Muchos de los problemas que nos ocurren
y en los cuales nos vemos envueltos empiezan por nuestra ignorancia. "Eeeeh!
Me estás llamando ignorante", pensarás. No, pero sé que no lo sabes todo. Al
igual que yo, hay muchas áreas en las cuales no tienes conocimiento y eso es
parte del problema.
Sí, es PARTE del problema, porque la
otra parte es no querer aprender. “Todo el que
quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero la gente ignorante no quiere ser corregida ni llegar a ser sabia.” (Pr.1:7)(TLA).
La necedad (ligada a la persona que no
acepta la corrección) destruye tu vida. Cuando no aceptas las
enseñanzas de las personas que Dios ha puesto a tu lado empieza el camino hacia
abajo: ¡tomas malas decisiones, que te llevan a una mala conducta que produce
consecuencias y que te acumulan más y más problemas!
Otra vez, el rey Salomón nos enseña que “Ningún pájaro cae en la trampa si ve a quien lo
quiere atrapar”. (Pr.1:17) (TLA)
Para ver el mal antes de que te llegue
necesitas estar informado. ¿Cómo? Sencillo: como hacen los niños. En sus
primeros años siempre están preguntando, quieren saberlo todo. Y cada vez que
alguien les explica ellos son como esponjas, absorbiendo información.
Aprovecha las personas que están a tu
lado: ¿Qué puedes aprender de ellos? ¿Qué han aprendido ellos que
tú puedes tomar?
Pero sobre todas las cosas,
aprende más de Dios. Él quiere que tú actúes de una forma.
Que la sabiduría no diga de ti: “Ustedes no quieren aprender ni obedecer a Dios; no
siguen mis consejos, ni aceptan mis enseñanzas. Por eso recibirán su merecido:
¡tendrán problemas de sobra! ¡Sufrirán las consecuencias de sus malas
decisiones y de su mala conducta! ¡Acabarán siendo destruidos por su necedad y
por su poca atención!", sino que diga: "Pero los que me hagan caso vivirán
tranquilos y en paz, y no tendrán miedo del mal".
(Pr.1:29-33)(TLA)
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Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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