¿BUENA SUERTE?
Un labrador tenía un caballo y se le escapó. Los vecinos lo lamentaban. Él decía: "¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?". El caballo volvió con una manada de caballos. Entonces lo felicitaban. Él repetía: "¿Buena suerte?, ¿mala suerte?
¿Quién
sabe?". Su hijo, al querer domar uno, se rompe una pierna. Lo compadecen.
"¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?". Entonces pasa por ahí
el ejército y sólo recluta a los jóvenes sanos. Lo felicitan. Él permanecía
impasible: "¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?".
Conclusión: lo que parece un contratiempo puede ser una suerte, y al revés. Dejemos a Dios decidir. "Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que lo aman" (Ro. 28). Dios es Padre y sabe lo que nos conviene. Un buen hijo se fía siempre de su padre porque sabe que quiere lo mejor para él.
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Amigo Dios Oye.
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Cristiano “Cristo es la Puerta”
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