EL HOMBRE
Y SU DERECHO LEGAL COMO ADMINISTRADOR DE LA TIERRA.
Dios creó al hombre a su imagen y
semejanza y le ordenó enseñorearse (gobernar como señor) la creación terrena: “entonces dijo
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…
en toda la tierra. Y los bendijo Dios y
les dijo: llenad la tierra y sojuzgadla…” (Gn.1:26-27).
Esta orden
divina es el derecho legal.
La imagen y semejanza
de Dios en el hombre es la capacidad para ejercer la autoridad legal del reino
sobre la tierra. Entre más se parece el hombre a Dios mayor es su
capacidad de gobernar y disfrutar el reino.
Por otro lado, notemos que a causa de
la imagen de Dios, el Señor los bendijo.
Dios siempre bendice lo que se parece a Él o de Él procede. Como creyentes Dios
nos ha bendecido en Cristo y somos aceptos a Dios en el Amado, en Cristo Jesús
(Ef. 1:3,6). La imagen de Dios es Cristo (2 Cor. 4:4; Col. 1:15; 3:10) y fuera
de Él no tenemos bendición alguna.
La iglesia reina en medida que Cristo
es formado en ella. Dios bendice su imagen.
En el primer capítulo de las Sagradas
Escrituras Dios pronuncia dos bendiciones. La primera de ellas está dirigida a
los animales del agua y del aire. La Bendición iba encaminada exclusivamente a
su multiplicación (Gn. 1:22).
Dichos animales no tienen la imagen de Dios. Más en la segunda
bendición, Dios se dirige al hombre, quien fue formado a la imagen de Dios.
Dios lo bendice no sólo con multiplicación, sino con señorío sobre las demás
criaturas, incluyendo los animales acuáticos y las aves anteriormente
bendecidas (Gn. 1:28). Todo esto confirma que el reino de Dios es exclusivo de
quien tiene la imagen de Dios. Cristo es la imagen de Dios y por tanto, toda
autoridad le fue dada en el cielo y en la tierra. La iglesia está siendo conformada
a la imagen de Dios, y en medida que adquiere la imagen divina, adquiere
también el reino: “ al que venza, Yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como
yo también he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap. 3:21). El
reino es dado a los Santos del Altísimo (Dn. 7:27).
Recibe
una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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