SUGERENCIAS PARA ORAR LA PALABRA
1. Notemos que hay una conexión directa entre el grado
en que nuestra mente es moldeada por las Escrituras y el grado en que son
contestadas nuestras oraciones. Jesús dijo: "Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho" (Juan 15:7).
2. Recuerde que, como dijo D. M. M´Intyre: Dios solo
contesta las peticiones en cuya formulación haya participado su Hijo. "Si
pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:14).
3. Observe que la iglesia primitiva oró las escrituras,
por ejemplo, la oración de Hechos 4:24-31 cita al Salmo 2. También las
oraciones en el Antiguo Testamento como la de Esdras en Nehemías 9:6-37 son
repeticiones de textos e historia bíblica.
4. Orar la Palabra significa leer (o recitar) las
escrituras bajo un espíritu de oración y dejar que el significado de los
versículos se conviertan en nuestra oración y que inspiren nuestros
pensamientos.
5. Hay varias maneras de hacerlo, no solo una. Esto
puede hacerse solo o en grupos. Uno puede hacer pausas después de cada frase,
de cada oración completa, de cada párrafo o de cada capítulo.
6. Voy a recomendar el siguiente procedimiento como
algo para iniciar:
Halle un tiempo y un lugar tranquilo.
Comience con una breve oración como "Oh Señor, te
necesito, vengo en tu búsqueda porque te necesito. Abre mis ojos, y miraré Las
maravillas de tu ley" (Salmo 119:18).
Lea un capítulo de una de las epístolas rápidamente
para captar la idea principal. La razón de esto es que el significado de una
oración individual está controlado por el contexto. No debemos darle a un
versículo el significado que nosotros queremos.
Si algo sobresale como de especial relevancia para
usted, medite en esto y deje que le inspire y le dé forma a su oración incluso
antes de que regrese a leer una oración a la vez.
Si se encuentra con cosas difíciles de entender, tome
nota mentalmente de esto para ser considerado e investigado posteriormente. Sea
honesto, pero luego vaya a lo que parece estar más claro.
Ahora vuelva al primer texto y léalo bajo la siguiente
pregunta; ¿si este texto fuera a convertirse en una oración acerca de mi vida,
como sería? Esto podría redargüirle y conducirle a una oración de confesión y
arrepentimiento. Podría inspirarle a buscar un nuevo acto de obediencia y
dirigirle a una oración de enseñanza y poder.
Trate de activar el versículo a lo largo del día
observando su relación con respecto al desayuno, al trabajo y sus planes de
vacaciones.
Trate de analizarlo en relación a las diferentes
personas en el hogar, el trabajo y la iglesia. Encontrará que un versículo
puede producir media hora de oración cuando se observa desde docenas de
diferentes situaciones y relaciones.
Trate de construir formas bíblicas de hablar en su
mente y su corazón. Aquí es de especial importancia la necesidad de enriquecer
nuestro vocabulario de adoración. Los salmos son magníficos para esto.
Si todo esto le parece difícil, trate primero la forma
más fácil de orar las Escrituras: o sea, orar las oraciones de las escrituras,
como Hechos 4:24-31; Efesios 1:16-23; 3:14-19; Filipenses 1:9-11; Colosenses
1:9-14; 1 Tesalonicenses 3:11-13; Hebreos 13:20-21; Apocalipsis 4:8, 11;
5:9-10, 12-14, etc. Todo lo que necesita hacer es pretender que usted es el
autor bíblico y entonces leerlo como si fuera suyo, tal vez cambiando algunos
pronombres.
Si tiene una lista de preocupaciones por las cuales
quiere orar, lea el capítulo una tercera vez en busca de indicios de cómo debe
orar por esas cosas.
Para su gozo de fe.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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