SIEMPRE TENDRÁS UN NUEVO CHANCE
Agradecimiento Especial Por su Aporte a:
Sue Ann Orozco Altamirano -
Nicaragua
Renuevo de Plenitud.com
Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran
estancia, mucho ganado, varios empleados, y un único hijo, su heredero. Lo que
más le gustaba al hijo era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado
por ellos. Su padre siempre le advertía que sus amigos solo estarían a su lado
mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían.
Un día, el viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados
que le construyan un pequeño establo. Dentro de él, el propio padre preparó una
horca y, junto a ella, una placa con algo escrito:
"PARA QUE NUNCA DESPRECIES LAS PALABRAS DE TU PADRE. "
Más tarde, llamó a su hijo y lo llevó al establo y le dijo:
Hijo mío, yo ya estoy viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargarás
de todo lo que es mío... Y yo sé cuál será tu futuro. Vas a dejar la estancia
en manos de los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos.
Venderás todos los bienes para sustentarte y, cuando no tengas más nada, tus
amigos se apartarán de ti. Solo entonces te arrepentirás amargamente por no
haberme escuchado. Fue por esto que construí esta horca. ¡Ella es para ti!
Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te
ahorcarás en ella.
El joven se rió, pensó que era un absurdo, pero, para no contradecir
al padre, prometió, pensando que eso jamás podría suceder.
El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, pero, así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad.
El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, pero, así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad.
Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio
que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a
decir:
Ah, padre mío... Si yo hubiese escuchado tus consejos... Pero ahora
es demasiado tarde.
Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos
lentos, se dirigió hasta allá y entrando, vio la horca y la placa llenas de
polvo, y entonces pensó:
Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando
estaba vivo, pero, al menos esta vez, haré su voluntad. Voy a cumplir mi
promesa. No me queda nada más...
Entonces, él subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello,
y pensó:
Ah, si yo tuviese un nuevo chance...
Ah, si yo tuviese un nuevo chance...
Entonces, se tiró desde lo alto de los escalones y, por un instante,
sintió que la cuerda apretaba su garganta... Era el fin.
Pero el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente y el
joven cayó al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros
y brillantes, muchos brillantes... La horca estaba llena de piedras preciosas y
una nota también cayó en medio de ellas. En ella estaba escrito:
Este es tu nuevo chance. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre.
Dios es exactamente así con nosotros. Cuando nos arrepentimos,
podemos ir hasta él.
Él siempre nos da un nuevo chance.
Él siempre nos da un nuevo chance.
Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el
que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
1 Crónicas 16:34 Celebrad a Dios, porque es bueno; Porque su
misericordia es eterna.
Salmos 57:10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y
hasta las nubes tu verdad.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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