CONSTRUYENDO EL ALTAR: PIDIENDO EL FUEGO
Por Patricia y
Daniel Cattaneo
Publicado por:
Edgardo Tosoni
Fuente:
devocionaldiario.org
Pasaje Clave: Y sucedió que a la hora de ofrecerse el
sacrificio de la tarde, el profeta Elías se acercó y dijo: Oh Señor, Dios de
Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel, que
yo soy tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra tuya. Respóndeme,
oh Señor, respóndeme, para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios, y
que has hecho volver sus corazones. Entonces cayó el fuego del Señor, y
consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la
zanja (1º Reyes 18:36-38)
Todo lo que Elías podía hacer lo hizo y ahora el
profeta necesita que Dios haga lo suyo, porque un altar preparado pero sin
fuego se deteriora más rápido que un altar vacío. Lo que está sobre el altar
(el buey, la leña y el agua) pronto se va a corromper si no hay fuego. Se
necesita que el fuego haga arder todo para que el altar alcance su propósito.
El altar de Elías estaba enfrente del altar de los
adoradores de Baal y hasta ahora, la única diferencia era el agua derramada.
Pero la prueba propuesta por el profeta, era que el Dios que respondiera por
fuego, ese sería Dios. El fuego ardiendo en tu altar reivindica el derecho de
Dios de mandar sobre la vida de nuestro pueblo.
Nada de lo que hemos hecho estos días sirve de algo si
Dios no envía su fuego. El fuego de Dios es la señal de su aprobación sobre
nuestra vida. ¿Qué sería ese fuego en mi vida?
El fuego en la Biblia es símbolo de la presencia del
Espíritu Santo. El fuego es la manifestación vibrante del Espíritu en mi
corazón. El altar está encendido dentro mío cuando soy consciente y experimento
la presencia de Dios en mi interior.
¿Por qué Dios querría morar en mi interior? ¡¡¡Porque
al fuego de Dios le atrae los altares levantados para Él que chorrean agua!!!
“El que tiene mis mandamientos y los guarda ése es el
que me ama, y el que me ama será amado por mi Padre y yo lo amaré y me
manifestaré a él. Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará y
vendremos a él, y haremos con él morada” (Juan 14:21, 23).
Mientras te escribo esto, experimento esa Presencia. Sé
que Dios vive en mí. Dentro mío hay un altar y ese altar atrae el fuego divino.
La oración de Elías fue sencilla… Ven, está todo dispuesto Señor… pareciera
decirle. Hoy esta será nuestra oración.
Oración: Señor, Ven está todo dispuesto, el pacto, la
iglesia, el trabajo, el ego y todo lo que es valioso para mí está allí en el
altar, manda tu fuego sobre mí una vez más… Haz arder lo divino en mi corazón.
Amén.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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