EL CRISTIANO Y LA DEPRESIÓN
Fuente: Una Voz en
El Desierto
"Ciertamente es bueno Dios para con
Israel, Para con los limpios de corazón.
En cuanto a mí,
casi se deslizaron mis pies; Por poco
resbalaron mis pasos.
Porque tuve
envidia de los arrogantes, Viendo la
prosperidad de los impíos.
Porque no tienen
congojas por su muerte, Pues su vigor
está entero.
No pasan trabajos
como los otros mortales, Ni son azotados
como los demás hombres.
Por tanto, la
soberbia los corona; Se cubren de
vestido de violencia.
He aquí estos
impíos, sin ser turbados del mundo, Alcanzaron
riquezas.
Verdaderamente en
vano he limpiado mi corazón, Y lavado
mis manos en inocencia;
Pues he sido
azotado todo el día, Y castigado todas
las mañanas.
Si dijera yo:
Hablaré como ellos, He aquí, a la
generación de tus hijos engañaría.
Cuando pensé
para saber esto, Fue duro trabajo para
mí...Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón
sentía punzadas. Tan torpe era yo, que
no entendía;
Era como una bestia
delante de ti" Salmo 73:1-6,
12-16, 21-22
DIOS
LES BENDIGA:
En esta ocasión analizaremos un tema no muy popular en
los púlpitos cristianos, pero sin embargo latente en una gran proporción de no
solamente la población mundial, sino aún dentro de las filas del cristianismo;
me refiero al síndrome de la depresión.
Deseo enfocar este tema desde una perspectiva 100 %
cristiana, examinando las Escrituras al respecto de este tema, pues al igual
que todos los temas que afectan al ser humano; ellas tienen mucho que decirnos
al respecto.
Soy consciente también que mucho se ha manejado esta
problemática desde un punto de vista psicológico, usando los recursos de la
moderna psicología; y que la iglesia contemporánea no ha estado exenta de ello,
hemos estado recurriendo a la caballería de Egipto en vez de buscar ayuda de lo
alto, que es lo que corresponde a quienes servimos a Dios.
No pretendo desvirtuar la ciencia médica, pues ella nos
es muy útil, pero siendo la depresión un problema del psique humano,
(entiéndase alma) la ciencia médica poco puede hacer por remediar esta afección.
Las altas estadísticas de suicidio por depresión lo demuestran. La ciencia médica
podrá ser muy eficiente en lo que concierne al cuerpo, pero en cuanto a lo que
concierne al alma, todavía está en pañales.
Por otra parte, tenemos la depresión originada por
desórdenes hormonales, la cual afecta a gran proporción de hombres y mujeres
durante la adolescencia, época de grandes cambios hormonales, así como a
algunas mujeres durante el período prenatal. En este caso, la ciencia médica
puede ayudar mediante un tratamiento a base de hormonas, y para ello, es
necesario acudir a la ayuda médica. En este artículo trataré acerca de la
depresión originada a factores ajenos a este factor.
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?
La depresión es una enfermedad más que mental, espiritual
(aunque ésta no se manifiesta en el espíritu del hombre, sino más bien en su
alma) porque afecta las sentimientos, los pensamientos y como consecuencia la
conducta del ser humano. Hoy en día existe mucha información al respecto.
Es como un eslabón convergente que pudiéramos elaborar
más o menos así:
Depresión= Sentimientos infelices=
Pensamientos Oscuros, Pesimistas = Depresión
Lo malo de esto, es que la cadena se va ampliando tanto
como la depresión encuentre oportunidad, ya que poco a poco puede ir añadiendo
nuevas facetas al proceso depresivo:
Depresión= sentimientos infelices= pensamientos
oscuros, pesimistas= apatía generalizada= amargura= tendencias
autodestructivas= deseos suicidas.
La depresión una vez que es confirmada, no debe ser
subestimada, ni desatendida, pues ha sido el arma moderna que más ha estado
usando Satanás a fin de destruir a la humanidad por la cual murió Cristo.
La depresión se puede definir como un estado emocional
"negro" que incapacita a la persona para ver lo bueno y agradable de
la vida, es un estado de luto interno, que suele producir un carácter amargado,
frustrado y autocompasivo. Quien la padece suele ocultar su afección, por ello
es muy importante estar alertas ante cualquier síntoma que pudiera
manifestarse, ya que invariablemente, son personas que necesitan ayuda.
La Biblia no ignora el tema de la depresión, al
contrario; lo expone con libertad. Tenemos el caso de Asaf, el salmista que
escribiera el Salmo 73. Asaf vivió en tiempos del Rey David, él fue un tremendo
hombre de Dios, lo cual nos advierte de nuestra gran fragilidad humana; si nos
descuidamos y bajamos la vista del cielo a las cosas de este mundo, nos pudiera
pasar lo mismo que le sucedió a Asaf.
Nadie está exento de sufrir daño emocional o de
cualquier otra índole, porque mientras caminemos en esta tierra somos
vulnerables, a menos que caminemos cerca de Dios, de otra forma, no estamos seguros.
En ciertas ocasiones, personas se me han acercado
pidiendo oración para alejar de ellas ciertas inquietudes e intranquilidad,
para resolver ciertos problemas, incluso para alejar ciertas manifestaciones
diabólicas, y siempre trato de aclararles que aunque la oración es buena, lo
que ellas necesitan es a Jesucristo, pues Él es quien da la paz, quien provee
completa seguridad, que solo en El podemos descansar confiadamente.
NO EN BALDE LAS ESCRITURAS NOS DICEN:
"Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" Isaías 26:3
Podemos cuestionarnos: cómo pues es posible que un hijo
de Dios, como Asaf, pueda padecer depresión... Y si es posible que un cristiano
pueda llegar a deprimirse... la respuesta es sí.
¿Cómo puede ser? ¿Si el cristiano tiene a Dios en su
corazón, si tiene el gozo de su salvación, si tiene las promesas de Dios
consigo, cómo pues, puede llegar a ser?
Vayamos a las Escrituras y analicemos cómo fue posible
esto en la vida de Asaf. Es muy probable que nosotros aprendamos algo:
1. ASAF PUSO SUS OJOS EN LOS BIENES DE ESTE
MUNDO:
"He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo,
alcanzaron riquezas" v.12
La Escritura es muy clara en el tema de las riquezas;
ella nos advierte del gran riesgo que corre quien pone su corazón en ellas.
Contrariamente al errado "evangelio" de la prosperidad que se predica
hoy, Jesucristo siempre enfocó su verdadero Evangelio hacia las riquezas
espirituales, advirtiendo en reiteradas ocasiones del peligro de caer en las
garras de la codicia:
“Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano
que parta conmigo la herencia.
Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre
vosotros como juez o partidor?
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque
la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lucas
12:13-15
Pues bien, Asaf, dejó de ver lo que como ministro de
alabanza del santuario debía mirar, y se entretuvo mirando lo que tenían sus
vecinos. Cuántas veces el cristiano observa el carro nuevo del vecino, su
hermosa casa y comienza a sentirse en desventaja y a pensar como Asaf:
"He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo,
alcanzaron riquezas" v.12
2. ASAF TUVO ENVIDIA DE LOS IMPÍOS:
"Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la
prosperidad de los impíos" v.3
Cuando la envidia envenena el alma de quien desvía su
mirada del cielo para ponerla en la tierra; principia por amargar el ánimo y
corazón; es como un veneno que va corroyendo por dentro. Es enojo por no poseer
lo que el vecino posee, entonces comienza a menospreciar la provisión que Dios
ha puesto en su mano, a ambicionar lo que mira que otros tienen.
CONTINUARA…
…CONTINUACIÓN.
Es muy triste cuando la ambición ciega de tal forma al
hombre que es incapaz de ver cuán bendecido está por Dios.
En cierta ocasión escuché con tristeza a alguien decir:
"Soy un fracaso, es por demás... Ya mejor quisiera
morirme"
Con palabras lentas, pausadas, asegurándome de su
atención; le exhorté a mirar todo lo que Dios le había dado ya, a apreciar sus
bendiciones y a verificar la existencia de personas evidentemente menos
afortunadas.
Y es que, amado lector, la depresión ciega los ojos, no
te deja ver lo bueno de la vida, es como ponerte lentes oscuros, de manera que
por donde quiera que mires; todo será oscuro.
Pero no es solamente el dinero o la posición económica
lo que se puede envidiar de los demás, también se pueden envidiar cosas como:
puestos de trabajo, atributos físicos, talentos, habilidades, etc.
Es muy importante que aprendamos a apreciar lo que Dios
ya puso en nuestras manos y a ser agradecidos. Por ello, el principio bíblico
es que si somos fieles en lo poco Dios nos pondrá en lo mucho. Lamentablemente,
muchos interpretan esto con $$$ y viven siempre frustrados sin darse cuenta que
en algunas ocasiones, ya están disfrutando de lo "mucho".
¿Acaso no es "mucho" estar sanos mientras
miles padecen enfermedades terminales y otros viven deshabilitados para una
vida normal debido a una enfermedad congénita?
¿No es "mucho" tener una familia, un esposo u
esposa, un hogar al cual acudir al final del día para recostar la cabeza?
¿No es "mucho" tener el suficiente alimento
cuando miles agonizan de hambre en el planeta?
¿No es "mucho" tener habilidades fantásticas
que nos permiten realizar nuestras labores cotidianas?
¿Y no es "demasiado" tener además una
salvación tan grande?
"Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana
manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de
un cordero sin mancha y sin contaminación" I Ped.1:18-19
3. ASAF SE FRUSTRÓ:
"Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y
lavado mis manos en inocencia" v.13
Una vez que se permite a la envidia sentar sus reales
en el corazón, llega su prima frustración con todas sus maletas de amargura.
Entonces comienza la queja contra Dios, el reproche:
¿Por qué yo no tengo nada y ellos lo tienen todo?, con
su consabido estribillo: "¿...Si soy el hijo de un Rey"?
Deberíamos agradecer la misericordia y paciencia
infinita de nuestro Dios, pues como dijo el profeta Jeremías, es debido a ello
que no hemos sido consumidos. !Gracias a Dios por su bondad!
"Por la misericordia de Jehová no hemos sido
consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad" Jeremías 3:22-23
Amado lector, ¿Se ha sentido alguna vez frustrado? tal
vez cuando las cosas no salen como usted esperaba, cuando las circunstancias lo
sobrepasaron; sin importar la razón, permítame decirle que Dios está al tanto
de todas nuestras circunstancias. Algunas veces El deja que sucedan y se queda
de lado, mirando qué es lo que vamos a hacer, cómo vamos a reaccionar. El
prueba nuestra fe a través de las circunstancias, y ninguna de ellas están por
encima de su poder, solo necesitamos aprender a depender de El en todas y cada
una de ellas, sin importar cuán difíciles parezcan; para nuestro Dios nada es
imposible.
4. ASAF SE DESANIMÓ:
"Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y
lavado mis manos en inocencia" v.13
El desánimo es un arma muy comúnmente usada por el
enemigo de nuestras almas. Pienso que la mayoría de cristianos que hemos
servido al Señor por varios años, conocemos la cara del desánimo, especialmente
en nuestros días, cuando la apostasía golpea las columnas de la iglesia.
El desánimo no solo es la pérdida de interés por las
cosas espirituales, es la disminución de la fe y el temple cristiano. Porque se
requiere temple para permanecer en la fe durante tiempos difíciles. Recuerdo
haber visto una película donde un personaje le mostraba una pintura a otro,
mientras le preguntaba cuál sería el nombre de la obra. Tras analizar la obra,
el cuestionado contestó:
-Creo que se ha de llamar: "El naufragio”...O tal
vez, "Furia embravecida"
(La pintura en cuestión mostraba una pequeña barca en
el mar, a punto de naufragar en medio de una feroz tormenta) Para la sorpresa
del hombre que había sido cuestionado, su interlocutor, le aclaró:
-Pues fíjate que no. El nombre de la pintura es
"Plena Paz"
-¿Cómo plena paz? Pero... ¿Dónde está la plena paz en
esta pintura?
Aquí mismo. Solo
necesitas observar el rostro del hombre que va en la barca.
Esta ilustración
nos muestra cómo la fe y el temple cristiano pueden hacer la diferencia durante
las tormentas de la vida. Es normal que experimentemos temor inicial, como
seres humanos somos vulnerables a diversas emociones propias del género humano,
el miedo, entre ellas; sin embargo, existe algo mucho más poderoso, que supera
nuestros miedos; y ese algo es nuestra fe. La fe es capaz de vencer todo, aún
al mismo mundo:
"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al
mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" I Juan
5:4
Ciertamente se lleva tiempo en Dios para alcanzar el
temple cristiano y una fe perseverante a toda prueba, mientras tanto, no ceda
al desánimo, amado lector, persista más allá de sus propias fuerzas; y para
ello necesita hacer uso de la fuerza de Dios.
Cada vez que su fragilidad como vaso de barro se haga
manifiesta, recuerde el poder que dentro suyo el Señor ha depositado:
"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para
que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos
atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en
el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida
de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos" II Corintios 4:7-10
5. ASAF SE AMARGÓ:
"Se llenó
de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no
entendía; era como una bestia delante de ti" vv.21-22
Nada hay que afecte más la personalidad del creyente
como un corazón amargado. Es prácticamente imposible experimentar el gozo de la
salvación cuando se ha permitido que la amargura llene el alma, es por ello que
el salmista ruega a Dios en el célebre salmo de la confesión después que pecó
con la mujer de Urías:
"Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente" Salmo
51:12
Ciertamente todo pecado esconde en sí el potencial de
robar el gozo de la salvación al creyente, pero la amargura trastorna los
pensamientos, y como consecuencia; las actitudes y acciones del individuo.
Cuando una persona se deprime, siempre existe un factor
detonante de tal afección; para Asaf, fue el detenerse a codiciar los bienes
terrenales, pero existen muchas causales diferentes que pueden desencadenar en
depresión: problemas familiares, pérdidas de cualquier índole: de seres
queridos, de dinero, fortuna, posición, de salud, etc.
La amargura, en cambio, nace del deseo no realizado, de
la frustración de querer y no tener, de anhelar y no poseer, de ambicionar y no
poder lograrlo. Es entonces cuando el individuo se frustra y llena su corazón
de amargura y resentimiento: contra la vida, contra su "destino",
contra las personas que sí lo lograron, y aún contra Dios.
En su mente, Dios es el culpable:
¿Por qué Dios les dio tanto a otros y a mí no me dio nada?
Se pregunta entre sollozos de autocompasión, mientras
Satanás afila sus dardos de duda, y se los lanza sin compasión, obvio; un
sentimiento que desconoce.
CONTINUARA…
…CONTINUACIÓN
Es entonces que el plan del diablo alcanza su objetivo:
cuando la rebelión nace en el alma del individuo; porque no está de acuerdo de
cómo Dios ha estado actuando.
"Dios no solo no tiene cuidado de mí", piensa
el individuo,..."sino que no le importa mi sufrimiento".
Cuando las circunstancias de la vida doblan al
cristiano de tal manera que la depresión llena su corazón, es porque, en primer
lugar, en algún momento de su peregrinar, se separó de Cristo.
Inadvertidamente, quizás, perdió su fe y dependencia de Él, se confió en sus
propias fuerzas, en sus años de ser cristiano, en su asistencia a los servicios
de la iglesia, poco a poco, se fue enfriando, retirando de la vida de comunión
con Cristo y conformándose con lo externo del cristianismo.
De tal modo que cuando el enemigo viene con sus dardos
encendidos encuentra solo pasto seco, listo para hacer combustión. Se fue el
verdor del primer amor por Cristo, el agua que saltaba para vida eterna dejó de
fluir, y en su lugar, solo queda un seco y desolado suelo; todo estaba propicio
para que la depresión llegara a echar sus nefastas raíces.
¿Cuál es la solución a la depresión?
Sea cual fuere la causa que propicie la depresión en el
ser humano, la Biblia, la palabra de Dios; arroja luz respecto a esta
interrogante. Si usted está deprimido o ha lidiado con la depresión en algún
momento de su vida, permítame decirle que hay esperanza para usted.
1. EL AMOR DE DIOS.
Su primer recurso del cual aferrarse es el amor
inalterable del Dios eterno. Si usted es un hijo de Dios, usted sabe que el
Padre amante que le tomó por hijo, no le dejará bajo ninguna circunstancia.
Dios es fiel, a pesar de nuestras fallas, El sigue permaneciendo fiel:
"Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no
puede negarse a sí mismo" II Timoteo 2:13
Descanse en ese
amor. Descargue todas sus frustraciones y entréguele sus anhelos. Pida que la
perfecta y santa voluntad del que sabe todas las cosas, se realice, y en el
proceso, abandone sus propias aspiraciones. Tenga la seguridad de que los
planes de Dios son mucho mejores que los suyos y que Él le llevará hacia una
vida plena, realizada y llena de satisfacciones.
Si aún no tiene una relación con Dios y ha estado
viviendo apartado de Él, permítame animarlo a que reconsidere su andar. Usted
ha vivido haciendo su propia voluntad, ignorando la del ser supremo. Las
Escrituras sagradas revelan el excelso amor de su creador, al enviar a su
propio Hijo amado a morir a la cruz del calvario a fin de que usted experimente
el milagro de la redención, y disfrute de una buena relación con Dios:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" S. Juan 3:16-17
Abra su corazón a la obra que el Espíritu Santo quiere
hacer en su vida. Arrepiéntase de sus pecados y su vivir alejado de Dios. Deje
que Jesucristo tome posesión de su vida, y usted posesiónese de Él.
De no hacerlo así, usted perderá la oportunidad de
conocer la vida en Dios aquí en la tierra, y más allá en el cielo, cuando sus
ojos se cierren por última vez en la tierra y los abra en la eternidad. En
lugar de eso, los abrirá en un lugar que la Biblia describe como de sufrimiento
y tormento eterno.
2. EL CONSEJO DE LA BIBLIA.
Busque refugio en la Palabra de Dios. Ella es miel para
el de ánimo amargo, es el pan que saciará su necesidad interna, es la lámpara
que iluminará sus días más oscuros y será su más sabia consejera.
Cualquiera que sea su necesidad o conflicto, la Biblia
tiene el remedio eficaz, ella es agua fresca para el sediento, y consuelo para el
que sufre. Léala sin prisa, con detenimiento; adéntrese en su sagrado contenido
y deje que ella desnude su alma, y le muestre sus fragilidades humanas. La
Biblia guarda dentro de sus páginas el potencial de fortalecer al débil y
proveer vida al moribundo.
"Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame
según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; enséñame
tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en
tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu
palabra" Salmo 119:25-28
La Biblia, el espejo del alma, le mostrará su más
íntima necesidad; le hará saber que el gran vacío de su alma puede ser al fin
llenado, le revelará a un Dios tan grande y maravilloso; que difícilmente podrá
ignorarlo. Dios está ahí, entre sus páginas; solo necesita ir a la Biblia con
fe sencilla y disponibilidad de corazón.
"Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la
cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho
me ha vivificado. Los soberbios se burlaron mucho de mí, mas no me he apartado
de tu ley. Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, y me consolé"
Salmo 119:49-52
3. LA COMUNIÓN EN LA CASA DE DIOS.
Uno de los síntomas principales de la depresión es el
aislamiento. La persona se aísla y no desea ver ni hablar con nadie, busca la
soledad, a fin de poder regodearse en su afección; la cual le lleva a largos
períodos de llanto, dolor y autocompasión.
Tenemos el célebre caso del profeta Elías, al
refugiarse en la cueva en un ataque depresivo; lugar hasta el cual, Dios mismo
llegó a sacarlo:
"Y él se fue por el desierto un día de camino, y
vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh
Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres" I Reyes 19:4
"...Y allí se metió en una cueva, donde pasó la
noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí,
Elías?" I Reyes 19:9
Como podemos apreciar, la Biblia es franca al exponer a
sus personajes tal y como eran; con todas sus grandes virtudes cristianas, así
como con sus fragilidades humanas; como seres humanos que fueron. La Biblia no
esconde sus yerros humanos a fin de mostrarnos que, no obstante ello, Dios se
place en hacer uso de tales vasos de barro, a fin de que la excelencia del
poder sean de Él, y para que El y solamente El, se lleve toda la gloria.
Elías el "profeta de fuego" del cual las
Escrituras declaran era semejante a nosotros en nuestras pasiones humanas, se
encontró cara a cara con la depresión y el desánimo. Ciertamente no fue el
único héroe de la fe que pasó por ello, pero en todos los casos podemos observar
la maravillosa gracia de Dios obrando a favor, levantando a sus siervos y
fortaleciéndolos a fin de que pudiesen continuar con su divina encomienda.
Por cierto, nada parecido a lo que predican los
modernos apóstoles de la actualidad, los cuales se postulan como unos "súper
hombres" dotados de tanto poder que son invencibles e invulnerables a todo
ataque de Satanás y del mundo. De su carne, dicen muchos de éstos, han dejado
de recibir tentación debido a la entrega y al nivel de unción que supuestamente
han recibido. Ilusos hombres, que si se les observa bien, a leguas se nota que
militan según la carne y no según el Espíritu.
En el caso de Asaf, el comienzo de su sanidad empezó el
día que sus pasos regresaron al santuario:
"Si dijera yo: Hablaré como ellos, he aquí, a la
generación de tus hijos engañaría. Cuando pensé para saber esto, fue duro
trabajo para mí, hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin
de ellos" Salmo 73: 15-17
Es por ello, que para romper con el círculo vicioso de
la depresión, se debe buscar ayuda en Dios y la comunión con su pueblo; aun
cuando la gente ignore por lo que usted esté pasando, tenga por seguro que Dios
no lo desconoce y enviará a su tiempo la Palabra que usted necesita oír.
4. CAMBIAR NUESTRO PUNTO DE VISTA SOBRE LA
DEPRESIÓN.
Ya que la
depresión es un ataque interno directo a las emociones humanas, no es meramente
una enfermedad mental , psicológica o emocional, como se maneja en el mundo; es
un arma que Satanás ha venido utilizando con éxito, especialmente en nuestra
era moderna, cuando las familias se desintegran, los hijos pasan largos
períodos solos, porque ambos padres trabajan, los adolescentes andan en busca
de identidad y de aceptación, las esposas de felicidad conyugal, los hombres de
realización personal y profesional.
La búsqueda de estas cosas no son malas en sí,
solamente nos revelan nuestro vivir egocentrista. Cuando vivimos para nuestros
fines personales, dirigiendo nuestros máximos esfuerzos a nuestras propias
metas y no las de Dios, cuando buscamos realizar nuestra propia agenda humana,
antes que la de Dios, es que estamos viviendo una vida egocéntrica, girando
alrededor nuestro, y no de Dios. La vida cristo céntrica gira en torno a Cristo
y su Reino, la vida egocéntrica gira alrededor nuestro; de nuestros gustos,
nuestras aspiraciones, nuestras metas, nuestros deseos y anhelos, etc.
CONTINUARA…
…CONTINUACIÓN
Debemos aprender a ver la depresión como a un enemigo.
Aprender a rechazarla, a reprenderla en el nombre de Jesús, a pelear echando
mano de las armas de la fe y pedir al Espíritu Santo que renueve dentro de
nosotros el gozo de nuestra salvación.
Podemos catalogar la depresión también como un acto de
rebelión contra Dios, el soberano. La razón es que cuando nos deprimimos por
alguna circunstancia, es una manera de decirle a Dios:
"No estoy de acuerdo en cómo has estado actuando
conmigo"
Enojarse y deprimirse porque las cosas no nos salen
como queremos o porque perdimos algo valioso para nosotros, es cuestionar la
soberanía de Dios y rebelarnos ante sus designios. Es no aceptar su voluntad,
por considerarla dolorosa o adversa para nosotros.
Muy diferente al patriarca Job, quien dijo, en medio de
su grandísima tribulación:
"...Desnudo salí del vientre de mi madre, y
desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová
bendito" Job 1:21
Debemos fortalecernos en nuestra fe, y recordar las
Sagradas Escrituras que nos dicen:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados" Romanos 8:28
Quiero decirle amado lector, que TODAS significa todas,
sin excepción, sin importar la naturaleza buena o mala de nuestras
circunstancias, todas ellas, dicen las Escrituras, nos ayudan a nuestro bien.
Es muy posible que hoy usted no lo pueda ver, pero llegará el día cuando usted
voltee hacia atrás y verá que finalmente, aquella mala experiencia, la cual
usted venció con fe y soportó con resignación y esperanza en Dios, le redituó a
su favor.
Le enseñó a depender de Dios y de su gracia, a
abandonar sus propios recursos y aprender a usar los de Dios, le hizo crecer en
carácter cristiano, le maduró en la fe, le capacitó además para poder entender
a otros que pasan por lo mismo que usted pasó, para brindar el consejo
apropiado, etc.
5. RENUNCIAR A TODO ANHELO O DESEO
FRUSTRADO.
Ya que la causa y detonante de la depresión en muchas
ocasiones son los deseos frustrados del individuo, un paso que realmente nos
pondrá en el camino de la restauración y la sanidad es el acto de renunciación
del deseo o anhelo que ocasionó tal estado depresivo.
Asaf entendió perfectamente esto. Por ello, finalmente
proclamó a los cuatro vientos:
"¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? y
fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; más la
roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre" Salmo 73:25-26
Al igual que Asaf, haga de Dios su anhelo más preciado,
entréguele todo deseo frustrado, todo sueño fallido. Deshágase de todo lastre
que le impide avanzar en su andar cristiano. Recuerde que las Escrituras
sagradas nos repiten que:
"El justo por su fe vivirá" Hab.2:4, Ro.
1:17, Gal.3:11, Heb.10:38
POR SU FE, no por sus realizaciones y logros, no por
sus diplomas o notoriedad en el mundo. Es su fe la que le capacitará para la
vida cristiana y la cual le confiere el título de justo, otorgado por Dios
mismo, y conferido por su amado Hijo Jesucristo.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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