PERDER EL RUMBO
Fuente: Rubén
Kassabian
Devocional Diario.org
En una peligrosa costa, donde los naufragios son
frecuentes, había un precario y pequeño puesto de salvamento. Las instalaciones
no superaban a una simple cabaña y había un solo barco salvavidas. No obstante,
los miembros, aunque pocos pero muy dedicados, mantenían una constante
vigilancia sobre el mar, y sin pensar en sí mismos, día y noche buscaban
incansablemente a los náufragos. Muchas vidas fueron salvadas por este
maravilloso y pequeño puesto, ganando de esta manera el reconocimiento de
todos.
Algunas de las personas salvadas, junto a otros
residentes de los alrededores, querían asociarse al puesto y contribuir con su
tiempo, dinero y esfuerzo para mantener el trabajo de salvamento. Nuevos barcos
fueron comprados y nueva tripulación entrenada, de manera que el pequeño puesto
creció.
Algunos de sus miembros estaban disconformes con el
hecho de que las instalaciones fueran tan precarias y tan mal equipadas.
Propusieron ampliar el lugar y cambiar el mobiliario para transformarlo en un
lugar más confortable para los náufragos rescatados; así lo hicieron. Poco a
poco el puesto de salvamento se tornó en un popular lugar de reunión para sus
miembros. Mejoraron la decoración y comenzaron a usarlo como una especie de
club. Ahora era menor el número de miembros interesados en salir al mar en
misión de salvamento, por lo tanto, contrataron tripulaciones de barcos
salvavidas para hacer el trabajo. El motivo predominante en la decoración del
club todavía era el salvamento de vidas, hasta había un pequeño bote salvavidas
en la sala principal donde se celebraba la ceremonia de admisión al club.
Durante esa época, un barco naufragó cerca de la
costa, la tripulación contratada trajo al lugar personas con frío, mojadas y
semi-ahogadas. Ellas estaban sucias y enfermas, y la mayoría eran de una baja
condición social. El nuevo y hermoso club se transformó en un caos.
En la reunión siguiente del comité directivo, la
mayoría de los miembros propuso suspender las actividades de salvamento por ser
desagradables y obstaculizar la vida social normal del club; pero, algunos
miembros insistieron en que el salvamento de vidas era el propósito primario y
principal del lugar y que aún se llamaban “puesto de salvamento”. Al final,
estos miembros fueron derrotados en la votación. Se les comunicó que si querían
salvar las vidas de los que naufragaban, podrían iniciar su propio puesto de
salvamento en otro lugar de aquella larga costa. Y eso hicieron.
Con el pasar de los años, el nuevo puesto de
salvamento pasó por las mismas experiencias que el anterior. Acabó tornándose
en un club, y un puesto más de salvamento fue fundado. La historia se repitió,
de manera que cuando se visita esa costa, se puede apreciar varios clubes
exclusivos a lo largo de la playa. Los naufragios son frecuentes en esas aguas,
y la mayoría de las personas mueren ahogadas.
Que Dios nos libre de imitar esos ejemplos en la
manera en que desarrollamos nuestra vida, nuestra relación con los demás y la
misión que desarrollamos día a día.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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