viernes, 21 de febrero de 2014

¿HUYES?

¿HUYES?
Fuente: Ana María Frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

No hay persona que no haya cometido un error en su vida. Todos, por ignorancia o de forma consciente, hemos tomado las decisiones equivocadas que desearíamos nunca haber realizado. Quisiéramos volver el tiempo atrás para no tener que vivir con las consecuencias de lo que hicimos.
Algunos optan por huir, dejar familia, trabajo, amigos, ministerio, todo aquello por lo que alguna vez lucharon y en lo que invirtieron sus mejores esfuerzos. Pero por mucho que huyan las consecuencias están ahí, no se alejarán y lejos de minimizar el problema solamente lo van empeorando.
Lo mismo sucedió con Jacob. Su vida estaba llena de engaños, hasta su padre había sido víctima de sus ardides. Después de engañarlo, temiendo por su vida, huyó. Durante 20 años había estado lejos, hasta que un día, se enteró que su hermano Esaú, venía a buscarlo con 400 hombres. Jacob estaba seguro de que todo se había acabado. Tomó todas las previsiones del caso, separó a sus siervos y ganado en caravanas,  mandó regalos a su hermano, hizo que sus esposas, hijos y esclavas cruzaran el río Jacob y cuando se quedó sólo en el campamento inició una lucha con Dios.
Este enfrentamiento dejó como resultado un nombre nuevo y una cadera dislocada. Dios lo llamó Israel porque había luchado con Dios y con los hombres y  había ganado. Pero la cadera dislocada le quedó como recordatorio de aquel momento crucial.
Al igual que Jacob, podemos vivir huyendo, tomando previsiones para que las consecuencias de nuestros errores no nos alcancen, pero siempre llega un momento en el que debemos dar la cara. Tarde o temprano nos vemos enfrentados a nuestro pasado y es sólo ahí, cuando tomamos la decisión de no huir, de dar la cara y tratar de restituir lo que hicimos mal, Dios nos da un nombre nuevo y cambia nuestras circunstancias.
Con todo el historial que tenía Jacob, Dios podía haberlo entregado a su hermano y olvidarse de todas las maravillosas promesas que le hizo, y seguramente Jacob no hubiera podido reclamarle porque sabía muy bien cómo había sido su vida, pero Él había hecho un pacto y lo cumplió.
No importa la cantidad de errores que hayas cometido, toma el valor para enfrentar las consecuencias, tal vez quedes con la cadera dislocada, pero valdrá la pena reconocer tu situación, pedir perdón y en rectar tus caminos porque Dios tiene mucho para ti, Él prometió que tiene grandes planes para tu vida y sus promesas son eternas, no cambian por mucho que le fallemos.
“Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros”. Hebreos 6:18 
Deja de huir y enfrenta tus problemas, evitar dar la cara te alejará de la bendición. Nuestros actos siempre tienen consecuencias pero podrás ser libre de aquello que te atormenta y podrás tener un nuevo inicio, una vida plena de promesas y grandes cosas que Dios tiene para ti una vez que dejes de correr.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”




No hay comentarios:

Publicar un comentario