¿HUYES?
Fuente: Ana María Frege Issa
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
No hay
persona que no haya cometido un error en su vida. Todos, por ignorancia o de
forma consciente, hemos tomado las decisiones equivocadas que desearíamos nunca
haber realizado. Quisiéramos volver el tiempo atrás para no tener que vivir con
las consecuencias de lo que hicimos.
Algunos
optan por huir, dejar familia, trabajo, amigos, ministerio, todo aquello por lo
que alguna vez lucharon y en lo que invirtieron sus mejores esfuerzos. Pero por
mucho que huyan las consecuencias están ahí, no se alejarán y lejos de
minimizar el problema solamente lo van empeorando.
Lo mismo
sucedió con Jacob. Su vida estaba llena de engaños, hasta su padre había sido
víctima de sus ardides. Después de engañarlo, temiendo por su vida, huyó.
Durante 20 años había estado lejos, hasta que un día, se enteró que su hermano
Esaú, venía a buscarlo con 400 hombres. Jacob estaba seguro de que todo se
había acabado. Tomó todas las previsiones del caso, separó a sus siervos y
ganado en caravanas, mandó regalos a su hermano, hizo que sus esposas,
hijos y esclavas cruzaran el río Jacob y cuando se quedó sólo en el campamento
inició una lucha con Dios.
Este
enfrentamiento dejó como resultado un nombre nuevo y una cadera dislocada. Dios
lo llamó Israel porque había luchado con Dios y con los hombres y había
ganado. Pero la cadera dislocada le quedó como recordatorio de aquel momento
crucial.
Al igual que
Jacob, podemos vivir huyendo, tomando previsiones para que las consecuencias de
nuestros errores no nos alcancen, pero siempre llega un momento en el que
debemos dar la cara. Tarde o temprano nos vemos enfrentados a nuestro pasado y
es sólo ahí, cuando tomamos la decisión de no huir, de dar la cara y tratar de
restituir lo que hicimos mal, Dios nos da un nombre nuevo y cambia nuestras
circunstancias.
Con todo el
historial que tenía Jacob, Dios podía haberlo entregado a su hermano y
olvidarse de todas las maravillosas promesas que le hizo, y seguramente Jacob
no hubiera podido reclamarle porque sabía muy bien cómo había sido su vida,
pero Él había hecho un pacto y lo cumplió.
No importa
la cantidad de errores que hayas cometido, toma el valor para enfrentar las
consecuencias, tal vez quedes con la cadera dislocada, pero valdrá la pena
reconocer tu situación, pedir perdón y en rectar tus caminos porque Dios tiene
mucho para ti, Él prometió que tiene grandes planes para tu vida y sus promesas
son eternas, no cambian por mucho que le fallemos.
“Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el
juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que
Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio
podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de
nosotros”. Hebreos 6:18
Deja de huir
y enfrenta tus problemas, evitar dar la cara te alejará de la bendición.
Nuestros actos siempre tienen consecuencias pero podrás ser libre de aquello
que te atormenta y podrás tener un nuevo inicio, una vida plena de promesas y
grandes cosas que Dios tiene para ti una vez que dejes de correr.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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