lunes, 17 de febrero de 2014

LLAMA AHORA, ¡LLAMA YA!

LLAMA AHORA, ¡LLAMA YA!
Fuente: Rubén Kassabian
Devocional Diario.org

El día de hoy queremos llamar la atención de los jóvenes, y lo haremos por medio de este devocional diario, y empezamos con la siguiente historia:
Juan tuvo una discusión muy fuerte con sus padres y como resultado decidió irse de la casa. La madre, algo más tierna que el padre, lo besó y le dijo: -“Te quiero y deseo que sepas que las puertas estarán abiertas para cuando quieras volver”. Pero Juan pensaba que regresar significaría someterse a las opiniones de sus padres, y su orgullo jamás le permitiría hacer eso.

Al pasar los meses comenzó a ver las cosas desde otra perspectiva. En varias ocasiones quiso llamar a sus padres por teléfono para averiguar cómo estaban, pero nunca lo hizo porque pensaba que sería una muestra de debilidad ante ellos. Además, había pasado tanto tiempo que le daba vergüenza hacerlo. ¡Estaba convencido de que sus padres estaban resentidos por lo que había hecho! Sin embargo, se daba cuenta de que su decisión de haberse ido de su casa enojado fue demasiado precipitada.

Pasaron dos años y el muchacho se enfermó de gravedad. Los ahorros se iban acabando y la gente que él había elegido como amigos lo fue abandonando. Al final se quedó solo, muy solo. Una noche, en la cama, sus pensamientos lo llevaron hasta su casa, recordando cómo era su vida junto a sus padres. ¡Tenía muchas ganas de llamarlos por teléfono para saludarlos! Pero sentía vergüenza de hacerlo justo ahora, que estaba en esa situación. Finalmente, a pesar de ello, se “tragó” su propio orgullo y decidió llamar…
Mientras esperaba que lo atendieran sus manos temblaban, en parte por su enfermedad y en parte por la emoción que sentía. ¡Por fin contestaron! ¡Qué alegría le dio escuchar la voz de su madre!

-“Mamá, soy Juan…” Su mamá comenzó a llorar y no pudo hablar por un buen rato. Entonces le dijo: -“Hijo…esperaba tu llamada. Ya hace dos años que me siento al lado del teléfono día y noche. Te quiero mucho…” Le tocó el turno a Juan para llorar. -“Pero, mamá, después de lo que pasó no soy digno de volver. Tengo mucha vergüenza”. -“Pero hijo, todo está perdonado ya hace mucho. ¡Nada me haría más feliz que verte de nuevo!”

Esa actitud y esa decisión hicieron que Juan regresara y la vida familiar fuera restaurada. Hay personas que hace mucho tiempo que se han alejado de Dios. Viven una vida mediocre, sin muchas expectativas, sin esperanza. Teniendo todas las posibilidades de volver a Dios y disfrutar la vida en plenitud, hoy están mendigando un poco de felicidad. Algunos me preguntan: -“¿Tengo derecho de orar y pedirle a Dios que me ayude? ¿Me escucharía después de tanto tiempo que no le hago caso? ¿No estará ofendido conmigo por haberlo desobedecido?” ¡Dios está esperando que lo llames ahora, que lo llames ya! Él está al lado del “teléfono” para hablarte de su perdón, amor y pedirte que vuelvas a Él, ¡porque tiene una vida abundante para darte! No dejes que la vida te siga golpeando y castigando, Dios quiere ser tu refugio, tu fortaleza, ¡tú auxilio en medio de los problemas!
¿Cuál es el “número” para conectarte con Dios? La única línea que te comunica es Jesús. Y la única forma de discar al teléfono de Dios es creyendo y recibiendo a Jesús como el Salvador y Señor de tu vida. Y para ello debes realizar esta sencilla oración de fe:

“Dios: gracias porque me amas y entiendo que te necesito. Gracias por Jesús que murió por mis pecados en la cruz. Hoy le abro la puerta de mi vida y lo recibo como mi Salvador y Señor. Te pido, Jesús, que ocupes el trono de mi vida. Hazme la persona que tú quieres que sea. Gracias por perdonar mis pecados y darme una vida que vale la pena ser vivida. En el Nombre de Jesús. Amén.” ¡Es la conexión que nunca falla! ¡Llama ahora, llama ya!


Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”

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