AMA MÁS, CONDENA MENOS
Fuente: Camilo CVCLAVOZ
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
La
mayoría de las personas tenemos un serio problema de auto engaño, juzgamos a
los demás por sus actos y a nosotros por nuestras intenciones; por lo mismo
justificamos en nuestra persona las mismas acciones que criticamos en los
demás. Lo que en alguien más es un acto corrupto, en nosotros es “cómo funciona
el sistema”. Los demás son unos delincuentes de cuello blanco, pero en nosotros
está justificado “porque todos lo hacen”.
En
ellos es su naturaleza malvada y en uno, la única alternativa para operar.
Los
vicios y adicciones que en otros son parte de su naturaleza pervertida, en
nuestra vida son simples debilidades, naturaleza humana. Si en ellos es una
forma de vida pecaminosa en nosotros son resbalones. Ellos y ellas son
adúlteros, pero nosotros simplemente estamos luchando por nuestro derecho a ser
felices.
[Qué fácil y goloso es ver la paja en el ojo ajeno
y qué difícil ver la viga en el nuestro.] Es urgente reconocer que lo que
nuestra sociedad requiere es dejar de criticar a los demás y empezar a cambiar
nosotros. Quizás algunos pensemos que nuestras faltas no son de la magnitud de
las de los poderosos, pero tal vez la única diferencia radica en el nivel de
poder que poseemos.
Quien es falto de carácter en lo poco, seguramente
también lo será en lo mucho y quien se atreve a ser fiel en cada pequeño
detalle será más fuerte para mantener su integridad ante las grandes
tentaciones.
Si
nuestra vida fuera expuesta públicamente, ¿de qué nos avergonzaríamos?, ¿qué
actos anhelaríamos que fueran borrados?, ¿cuándo fue que realizamos nuestro
último acto incongruente?, ¿cuántas acciones nuestras podrían ponerse como buen
ejemplo ante los demás y ante las nuevas generaciones?, ¿cuáles serían una
terrible referencia?
Todos
tenemos mucho que trabajar en nuestra integridad. Mi intención no es crearnos
condenación, sino conciencia. Pretendo hacer y hacerme un llamado a retomar la
gran oportunidad de vivir con la paz que produce de no tener actos que nos
persigan y atormenten.
Tal
vez parte de la solución a nuestra tendencia al auto engaño es que tanto en
privado, como cuando conversamos en público, basemos nuestras reflexiones y
charlas en mirar menos a través de las ventanas y poner más atención en los
espejos.
Filipenses
3:13-21
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