lunes, 8 de septiembre de 2014

"NO QUEBRARÁ LA CAÑA CASCADA, NI APAGARÁ EL PÁBILO QUE HUMEARE."

"NO QUEBRARÁ LA CAÑA CASCADA, NI APAGARÁ EL PÁBILO QUE HUMEARE."
Isaías 42: 3
Fuente: Charles H. Spurgeon
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

Entonces puedo esperar un trato tierno de parte del Señor. En verdad, me siento estar mi mejor condición siendo tan débil, y tan plegable como un junco. Alguien dijo: "me importas un comino"; y la expresión, aunque poco amable, no dejaba de ser cierta.

 ¡Ay!, yo soy inferior a una caña que crece junto al río, pues ella al menos puede sostener en alto su cabeza. Yo estoy cascado, grandemente, tristemente cascado. No hay música en mí ahora; hay una rendija que deja escapar toda la melodía.

¡Ay de mí! Sin embargo, Jesús no me quebrará; y si Él no lo hará, entonces poco me importa lo que otros intenten hacer. ¡Oh, dulce y compasivo Señor, yo me acurruco bajo Tu protección, y me olvido de mis heridas!

En verdad es justo que también sea comparado al "pábilo que humeare", cuya luz se ha extinguido, y sólo su humo permanece. Me temo que soy una molestia más que un beneficio.

Mis temores me indican que el diablo ha apagado mi luz, y me ha dejado un molesto humo, y que el Señor me aplicará pronto un extinguidor. Sin embargo, percibo que aunque hubieren despabiladeras bajo la ley, no había extinguidores; y Jesús no me apagará; por tanto, tengo esperanzas.

Señor, enciéndeme de nuevo, y hazme brillar para Tu gloria, y para exaltación de Tu ternura.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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