HUMILLAOS,
PUES, BAJO LA PODEROSA MANO DE DIOS, PARA QUE EL OS EXALTE A SU DEBIDO TIEMPO.
Fuente:
Mensajes Cristianos.net
Abominación al
SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo.
Mas ahora, oh
SEÑOR, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de
tus manos somos todos nosotros. No te enojes en exceso, oh SEÑOR, ni para siempre
te acuerdes de la iniquidad; he aquí, mira, te rogamos, todos nosotros somos tu
pueblo.
Me has
castigado, y castigado fui como becerro indómito. Hazme volver para que sea restaurado,
pues tú, SEÑOR, eres mi Dios. Porque después que me aparté, me arrepentí, y después
que comprendí, me di golpes en el muslo; me avergoncé y también me humillé, porque
llevaba el oprobio de mi juventud.
Bueno es para el
hombre llevar el yugo en su juventud.
Porque la
aflicción no viene del polvo, ni brota el infortunio de la tierra; porque el hombre
nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba.
I P. 5:6 Pr. 16:5 Is. 64:8, 9 Jer. 31:18, 19 Lam. 3:27 Job 5:6, 7
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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