MINISTERIOS Y
MINISTROS
Fuente: Faustino de Jesús Zamora Vargas
Congregación León de Judá
Humíllense, pues, bajo la
poderosa mano de Dios, para que El los exalte a su debido tiempo. 1
Pedro 5:6
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Pero los humildes poseerán la
tierra y se deleitarán en abundante prosperidad. Salmos
37:11
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Creo personalmente
que la iglesia de Cristo necesita más de la acción de buenos ministros que de
buenos y muchos ministerios. Sobre todo de ministros humildes. Desde el punto
de vista bíblico, el ministro es aquel que dispone su corazón al servicio como respuesta
a las instrucciones de Dios de cumplir su voluntad. Ministro no sólo es el
pastor, sino también hasta la más sencilla hermana que sirve en la iglesia en
cualquiera de sus ministerios.
Mucho se habla de la
humildad, pero no hay muchos que la encarnen bíblicamente. Cierta dosis de
piedad y de solidaridad hacia los demás de vez en cuando no es suficiente. Por
ahí hay mucha gente que no ha tenido una experiencia con Cristo y sin embargo
es conocida por su sencillez y entrega sacrificial al servicio de los demás sin
esperar nada a cambio. Así que la humildad no es patrimonio exclusivo de los
cristianos. Por eso es inconcebible que un cristiano sea soberbio y orgulloso.
La presunción y la altivez de espíritu hacen un maridaje perfecto con el
endiosamiento. “Porque el Señor es excelso, Y atiende al humilde, Pero al
altivo conoce de lejos” (Sal 138.6) ¿Qué es el endiosamiento? Es asumir el rol
que sólo le corresponde a Dios. Sus características son nefastas y dejan
huellas imborrables en la vida de la iglesia.
Hay también quienes
practican la humildad con miras a recibir recompensas en la tierra a cambio de
aparentes sacrificios. Son los banqueros de la misericordia, los acróbatas de
la gracia. Son aquellos que reman sobre las aguas del reconocimiento que le hacen
los demás y se sostienen por la admiración que se granjearon hipócritamente en
base a la ingenuidad del prójimo .Son transparentes sin saberlo. Mal
entendieron la voluntad de Dios en un fallido intento de hacerla propia para su
conveniencia. Confunden la visión de Dios con su propio delirio y se erigen
altares de oropel para sentirse bien con ellos mismos. ¡Jamás se humillan!
¿Despojarse a sí mismo?
El pasaje de
Filipenses 2.1-11 nos revela el carácter, obediencia y humildad de nuestro
Señor Jesucristo, ejemplo de suprema humillación. Si Cristo no se hubiera
sometido a la voluntad de Dios despojándose a sí mismo y renunciando a su
gloria, la salvación fuera todavía una simple utopía. La obediencia a Dios
implica renuncia, la renuncia negación de sí mismo, la negación de sí mismo
sacrificio por los demás. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con
humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe
velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los
demás. (Fil. 2.2-4 NVI).
El altruismo es el
desvelo y la preocupación desinteresada por el bienestar de los demás. El
cristiano que tiene arraigado este concepto es esencialmente feliz y sabe lo
que es el gozo del Señor. La palabra de Dios nos fue dada para entender nuestra
condición a causa del pecado, conocer que la salvación es una necesidad y una
prioridad de Dios y para enseñarnos cómo caminar con Cristo confiándole nuestra
vida entera y sometiéndonos a su voluntad. En ese caminar con el Señor, el comportamiento
y las actitudes hacia los demás definirán nuestros valores, revelarán el
testimonio personal – bueno o malo – y pondrán en evidencia si ciertamente
estamos siendo “sal de la tierra y luz del mundo”.
La observación sobre la humildad, tomando el
ejemplo de Cristo en su humillación para luego ser exaltado por el Padre (Fil.
2), el llamado a ser de un mismo sentir en el Señor, la invitación a dejar de
mirar hacia atrás, sino a la meta que es Él y conformarnos en Él, el llamado a
la paz y a la unidad entre los creyentes (Fil. 1.27) 4. 9), la preocupación y
el amor hacia las personas que ministramos (Fil. 1) y el “ser hallados en
Cristo a través de la fe” (Fil. 3.9), son pilares de la vida cristiana para el
fiel administrador del dueño de la plata y del oro que desea con todo su
corazón realizar un ministerio (servicio) que glorifique el nombre del Señor.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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