Fuente: Mensajes Cristianos.net
El
Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el
hacer, para su beneplácito. Y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el
sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad
de Dios.
Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de
que somos sólo polvo.
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo
mortecino;
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu
está dispuesto, pero la carne es débil.
El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace
descansar; junto a aguas de reposo me conduce.
Ro. 8:26 Jn.
14:26 I Co. 6:19 Fil.2:13 Ro. 8:26,
27 Sal. 103:14 Is. 42:3 Mt.
26:41 Sal.23:1, 2
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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