LOS BENEFICIOS DE LAS LÁGRIMAS
Fuente: Ana María Frege Issa
Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Hace pocos
días encontré un estudio que revela que las mariposas, abejas y otros insectos
se alimentan de lágrimas de cocodrilo para obtener las proteínas y minerales
necesarios en su dieta. Estos dos elementos abundan en el océano pero no así en
tierra firme, por lo que estos pequeños insectos recurren a lágrimas, sudor,
orina e incluso sangre para poder obtenerlos.
Este comportamiento se lo conoce como lachryphagous y es bastante común entre los
insectos. En Tailandia hay abejas que beben lágrimas humanas y en Ecuador
polillas que se nutren con lágrimas de tortugas.
En los humanos existe el mismo comportamiento. Si bien
el llanto es una expresión natural de aquellos sentimientos que causan
emociones fuertes en nosotros, de alegría o de tristeza, existen personas
a las que les gusta alimentar su corazón con lágrimas. Buscan motivos,
situaciones, personas y un sin número de pretextos para alimentar el dolor, el
resentimiento, la frustración y todo aquello que está dañando su corazón. Viven
en un constante estado de dolor y pesimismo.
Sin embargo, el llanto en sí mismo no es malo. A lo
largo de la Biblia vemos como los profetas, reyes, el pueblo de Israel y hasta
el mismo Jesús lloraron porque las emociones que sobrecogían su corazón eran
muy fuertes, pero una vez que sacaban aquello que los oprimía, levantaban la
cabeza y confiados en Dios emprendían nuevamente la lucha, aprendiendo de los
errores o de las situaciones que pudieron producir ese llanto.
Llorar no es una muestra de debilidad, como muchos
creen, sino una fortaleza, es demostrar que la prueba por la que estamos
atravesando está transformando nuestro ser, está rompiendo esquemas que
teníamos, está doblegando nuestras fuerzas y enseñándonos a depender de Dios.
Tal vez ahora estás pasando por muchas pruebas, tienes
la impresión de que no terminarán y que tus fuerzas se agotarán pero te animo a
seguir creyendo que Dios tiene grandes planes para ti. Llora todo lo que
quieras, derrama tu corazón delante de Dios y cuéntale aquello que te oprime.
Verás que una vez que dejes todas tus cargas delante de Él te sentirás
fortalecido.
Las lágrimas son temporales y Dios nos las proveyó para
poder limpiar, aliviar nuestro corazón, para fortalecernos, pero llegará el
momento en Dios secará todas nuestras lágrimas.
“Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más
muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».
Apocalipsis 21:4 (NTV)
Así como los pequeños insectos toman los minerales que
necesitan de las lágrimas, nuestro corazón también se fortalece cuando las
derramamos delante de Dios. Si necesitas llorar hazlo, no temas, Él no te
juzgará por eso, por el contrario, quiere consolarte y darte la fortaleza que
necesitas hoy.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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